VIVE Global: Descubre el Mundo en Directo

11.5 C
La Plata
lunes, junio 9, 2025

Adiós y gracias don Raúl Guerzoni: creador de APLAFI, fabricante de sueños y de un futuro sano para los pibes y pibas

Más Noticias

- Advertisement -

La última nota fue telefónica, acaso una búsqueda de momentos, el repaso de sus postulados de cabecera, un par la pelota y mirar atrás, una charla que inconscientemente quiso saber y aprender, esa fortuna que uno tiene como periodista, como él tenía la «visión» para emprender, con algo de administración y la constancia y paciencia para que algo chico (y de los chicos) creciese. Un hombre de barrio, al fin. Prometí una visita a su casa de City Bell y el “cuando quieras” resopló de sus labios como una satisfacción, un encuentro entre dos conocidos que se respetan. Era generoso y a la vez precavido. Sabía cuándo dar. Llevaba en su alma la bandera de Argentino Juvenil, pero el éxito y expansión fue en dirección a los cuatro puntos cardinales de la capital bonaerense: presidió APLAFI, una liga de fútbol infantil, donde también organizaba juveniles y construyó otra, íntegramente femenina.
Se nos adelantó Raúl Alfonso Guerzoni, también acá se adelantó, dejó su carruaje, con algunas averías propias del tiempo que nos toca vivir. Había tenido que remontar accidente cerebrovascular. No Reproduciré esa última conversación, primavera del 2024, donde solo veía lo bueno, un mensaje del amor que llevaba puesto del lado de adentro. Ese amor que lo llevó al rol del dirigente que le da pelota a los pibes y las pibas.
La pasión estaba desde la cuna, con su padre Alfonso Guerzoni organizando bailes en AJC —fue presidente— y las canciones del club eran las de cuna. Su madre, además, jugaba al básquet, disciplina vedette de esa institución en la década del ‘50, con tres mil personas que danzaban en los bailes de Carnaval con las orquestas de tango… “de D’Arienzo, de Castillo… ¡nos faltó Gardel…!”, sonreía. “Mi viejo metido en organización de los bailes y mi mamá jugadora de básquet. Yo, un bebé, que se dormía en el club”.
Los años cincuenta, su largada, y a los treinta y pico los equipos de fútbol al hombro. Raúl fue padre de tres hijos y dirigente de bien público. Con valores, y raíces en un club, le fue dando sentido a la vida y a la de los demás.

Nota con El Clasiquito, publicada el 14/3/1997

LA TERCERA LIGA OFICIAL DE FÚTBOL INFANTIL

En 1987 en la sección de noticias breves de un diario, en el “Noticiero local”, se leyó un recuadro con el título de “Reunión de Aplafi”, que llamó la atención de la gran mayoría de los que transitaban el fútbol amateur. En pocas líneas se informaba que “para el próximo miércoles a partir de las 19.30, la Asociación Platense de Fútbol Infantil (APLAFI) invita a concurrir a dirigentes y delegados, a la sede, calle 63 Nro. 1533, donde se informará del I Campeonato donde podrán participar clubes, colegios, equipos de barrio, etc. Que tendrá puntaje para que el ganador participe de los campeonatos provinciales y nacionales que organiza la Federación de la Provincia y la Confederación de este deporte. La inscripción será totalmente gratuita”. Después de unos cuantos meses de amistosos, se afianzaba la idea de una tercera liga después de LIFIPA en el ’76 y de LISFI en el ‘81.

—¿Cuándo empezás en el fútbol infantil?
—Me había separado de mi mujer, estaba medio loco y me tenía que entretener con algo. Mi viejo era el presidente del club desde los años 70, fui a ayudarlo y se aparece un señor, Jimeno, que me dice ‘quiero poner fútbol infantil’. Recuerdo que le dijimos que teníamos veinte chicos, pero serio no teníamos nada. Lo mandamos a comprar las camisetas y compró color roja, porque pensaba que era Argentinos Juniors, y mi viejo Alfonso no entendía nada… nosotros somos azul, amarillo y blanco.

El universo lo ponía en el momento justo, de una expansión futbolera que en el ’86 se dio naturalmente con la consagración de Argentina en el Mundial, de la mano de Maradona, y el embale de Raúl como pincharrata de City Bell y admirador del doctor Bilardo.
—¿De qué equipos te acordás de esos inicios?
—Tuvimos un primer presidente Dardo De Cristófaro que recibía a los interesados en su propia casa, él tenía una empresa de bombas de agua. Empezamos con pocos, ocho equipos.
Guerzoni contaba sin revisar papelitos o planillas.
“Un equipo era Hospital de Niños y jugaban en City Bell donde hoy está la cancha de Cicloncito.
Estaba Estrella Juvenil, local en El Porvenir Platense, la famosa cancha de “La Vaca Echada”, rodeada de paredones. Los Lobitos después se transformó en ADIP, y la primera cancha estuvo en Camino Belgrano y 528. Atlético Ensenada, con Obregón… La Granja… Defensores de Ensenada, en terrenos de Propulsora…
Nosotros, Argentino Juvenil. Al año siguiente se agregó Deportivo Villa Elisa y SF Gorina; y se fueron dos: La Granja y Defensores de Ensenada”.
Lo que hoy parece normal, en el ’87 ya tenía una reivindicación en temas de. “En APLAFI tuvimos los primeros árbitros mujeres y venían de Ezpeleta, año 87”.

Raúl Guerzoni, Pipo Matallana y Pepe Iglesias

El tiempo dejó fotografías con las caras alegres de tantos chicos, con camisetas más sencillas que las actuales, y siempre con algún trofeo. Raúl también incursionó en ese rubro poniendo su propia fábrica. Además, armó un periódico de APLAFI, con fotógrafos, y aunque eran en papel prensa blanco y negro, reencontrar en sus textos lo que sucedía a principios de los ’90 sabe a leyenda. Eran los primeros años de ADIP, de CRISFA, por citar a dos instituciones que hoy conforman el mundo de la Liga Amateur Platense de Fútbol y llegaron a jugar con sus primeras en algún torneo Federal del Consejo Federal de la AFA.
La APLAFI de a poco mejoró, con la modernización del sistema de fichajes donde la computadora reemplazó a los ficheros, allá por 1997, y las sedes administrativas y de reuniones cambiaron de lugar; de la casa de De Cristófaro, pasaron a 23 y 44, y luego a Ringuelet, en una oficina que consiguieron dentro d de la fábrica Siap. Una tarde de verano me recibió y tomé nota de un lema que defendió con todas sus fuerzas. “Trabajamos para que las instituciones no gasten”.
Presto a escuchar, a corregir, a buscarle la vuelta porque, como siempre pasa, la gente que en principio coincide al organizar equipos, de pronto se separa por los gajes de la pelota y esto provocaba el vaciamiento de categorías. Se quejaba con razón de un latiguillo que escuchaba en la Presidencia: “A los chicos no me los llevé, ellos se vinieron conmigo”. Avanzó ante todo mal. “El Fortín de Berisso nace de lo que es La Academia; y parte de Atlético La Plata es Neptuno”, explicaba en una época en que se presentaba en su Asociación el Club Everton, por primera vez con fútbol infantil, y era “un desprendimiento de CRISFA”. Como un orfebre, pulió el desarrollo del campeonato, vio con celo el estado de las canchas, infraestructura y además quería disfrutar. Organizaban anualmente la fiesta de premiación en un Club, que rotaban cada fin de temporada, formando ternas para premiar al mejor árbitro, el mejor delegado, la revelación, etcétera.

Iglesias, Guerzoni, Vecchia, Costoya y Telese, cinco presidentes

Los seleccionados fue otra faceta que le redituó en placer. Llegaron a jugar y visitar ciudades lejanas en las auténticas cruzadas deportivas, con padres y niños. Un recorrido habitual fue desde La Plata a Capao da Canoa, Brasil. Uno de esos niños, hoy adulto, transmite un mensaje de lo que permanecerá en tantos otros: “Yo jugaba en San Juan Bautista y participé de la Selección de APLAFI, viajamos en 1996 a Pelotas (Rio Grande do Dul, al sur de Porto Alegre). Raúl era un tipo muy amable, inteligente, emprendedor y generoso. Él siempre aconsejó y apoyó a los clubes para su crecimiento”, cuenta Nicolás Carena, integrante del Museo del Club Estudiantes.
Cientos de imágenes serpentean la mente a ésta horas del adiós, donde queremos sacar de un puntinazo fuerte el dolor por no tratar más a don Raúl. Nos vamos en un tour con él, en un recorrido largo que empieza y termina en City Bell, y conoció cada rincón de La Plata, Berisso y Ensenada. Cuarenta años de su ingreso a una canchita, sin jugar, para hablar pausado y observar desde un plano humilde esa obra que tuvo sus compañeros, algunos de gran trayectoria como el recordado Raúl Marrupe, Edgardo Luna.

Una vez su hijo Esteban Guerzoni, el “Tete”, de la categoría ’81 del Argentino Juvenil, gritó un gol ante Cruzeiro en una de las finales que APLAFI llegó a jugar en tierras brasileñas. También jugaron con River en ese viaje. Esteban, hombrecito de bien, recibió las caricias de su papá-dirigente y en los últimos tiempos, por ley de la vida, le devolvió ese forma de ser calma y amorosa multiplicada en nietos. Esteban es el segundo hijo del primer matrimonio con Elba Colli, además del primogénito Sebastián Guerzoni, nacido en 1973. Luego de la separación conoció a Lucía Ramírez, también integrante de esta liga de fútbol, y madre de Mauricio Guerzoni, que llegó en 2003 fruto de una hermosa relación hasta un final que no puede tener final. Porque el amigo se fue y vivirá en la mirada de cada pibe y piba que firma la planilla y sale a la cancha desde un vestuario cómodo, con la contención de sus entrenadores y de una comisión siempre dispuesta a dar.

Final de Interligas. En un arco, Gerónimo Rulli, actual de la Selección

En el baúl de recuerdos, nos ponemos a buscar… y sale una foto en el Estadio Ciudad de La Plata, cuando no estaba el techo. ¿Se acuerdan del torneo Interligas con las finales en marzo de 2004? Por ahí estaba APLAFI y su presidente, saliendo junto a otros pares, que también se nos fueron, “Pipo” Matallana, de LISFI, “Pepe” Iglesias, de LIFIPA. Esa tarde de sol tuvo encendido a tantos, y uno con destino de campeón mundial, Gerónimo Rulli, en la ’92 pincha, que besó la Copita y en 2022 mordió la medalla de oro en Qatar con el seleccionado nacional, en la última Copa Mundial que vio el mundo y este dirigente de Bien Público. Se fue con el amor que dio, y con las convicciones de un dirigente de Bien Público que volvería a elegir esa actividad que le dejó mucho a la niñez.
Se fue Raúl con el deber cumplido y no solo es sinónimo de deporte, sino de familia, de clubes sociales y de sueños lentos pero que no detienen los pasos. Lo sentimos. Lo valoraremos mucho más cuando pase el tiempo. Elevamos una oración en su memoria.

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Taxistas se oponen al proyecto de regulación de aplicaciones

La Asociación Civil Taxistas 7 y 51, alineada con la CTA Autónoma, expresó su rechazo al proyecto que busca...
- Advertisement -
- Advertisement -spot_img
spot_img

Más artículos como éste...