Gimnasia arrancó con el pie izquierdo el Torneo Clausura 2025. En su debut y ante su gente en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, cayó 0-1 frente a Instituto de Córdoba, que fue más claro, dominó los momentos clave del juego y justificó el triunfo con un golazo de Alex Luna antes del entretiempo.
El equipo de Alejandro Orfila mostró una preocupante falta de ideas y escasa profundidad ofensiva, a pesar de haber contado con algunos pasajes aislados de intención. La visita se sintió más cómoda desde el inicio: manejó la pelota, aprovechó los espacios y se hizo fuerte en el mediocampo, mientras que el Lobo se mostró impreciso, sin reacción y con dificultades para construir juego desde sus extremos.
Instituto fue más claro y se llevó el premio
Durante la primera mitad, Nelson Insfrán sostuvo al local con dos tapadas clave, mientras que en ataque solo un intento lejano de Merlo y un cabezazo de Sosa que exigió a Roffo le dieron algo de emoción al público tripero. Sin embargo, a los 44 minutos, Luna encaró, enganchó ante la pasividad defensiva de Pintado y colocó un zurdazo cruzado al ángulo, inatajable. Golazo y justicia para lo que se veía en la cancha.
El segundo tiempo no trajo mejoras para Gimnasia. Ni los cambios ni el empuje alcanzaron para inquietar a una defensa firme y bien organizada de La Gloria. Los ingresos de Panaro, Castro, Mamut, Briasco y Torres no cambiaron el rumbo de un equipo apagado, que apenas generó un cabezazo débil de Castro en los minutos finales.
Malestar e insultos desde las tribunas
El rendimiento encendió las alarmas y generó la impaciencia de los hinchas, que expresaron su descontento con silbidos, insultos a los jugadores y fuertes reclamos a la dirigencia. El equipo nunca encontró respuestas ni ideas claras, y terminó entregado ante un rival que incluso pudo haber ampliado la ventaja.
El panorama no es alentador para el Lobo, que deberá mejorar rápidamente si quiere dejar atrás los fantasmas del descenso y recuperar la confianza. El próximo desafío será clave para empezar a cambiar la imagen y levantar el ánimo de una hinchada que ya empieza a perder la paciencia.