Mientras busca resolver la salida de Marcos Rojo, Boca protagonizó una inesperada negociación con Estudiantes de La Plata, que tuvo como pieza central a Santiago Ascacíbar, uno de los jugadores más importantes del equipo de Eduardo Domínguez.
Sin el Consejo de Fútbol en funciones, fue el propio Juan Román Riquelme quien tomó la iniciativa y llamó a Juan Sebastián Verón para ofrecer un trueque.

La propuesta fue concreta: USD 2.5 millones más el pase completo de Rojo a cambio de Ascacíbar. Sin embargo, desde Estudiantes rechazaron de inmediato la operación. Verón fue tajante: el “Rusito” no está a la venta, por ser una pieza clave en lo futbolístico y en lo simbólico para el club.
Rojo, sin lugar en Boca y con la puerta entreabierta en Estudiantes
Desde la llegada de Miguel Ángel Russo, Rojo quedó totalmente marginado del plantel profesional. Se entrena apartado en Ezeiza y no se logró ningún avance en una posible rescisión de contrato. En medio de esta situación, surgió la chance de volver a Estudiantes, aunque la relación con la institución y con los hinchas está deteriorada.
Verón fue claro: no hay obstáculos desde la dirigencia, pero Rojo debe dar el primer paso. “A mí no me tiene que pedir perdón, yo no tengo el problema. Le dije que él sabe lo que tiene que hacer”, señaló el presidente albirrojo. Y agregó: “Uno tiene que irse bien de los clubes. Eso es lo que pienso por mi experiencia”.
Sobre el eventual regreso del defensor, Verón remarcó: “Primero tiene que recomponer la relación con la gente. Después veremos. Es una cuestión personal, por lo que él representa como persona”.
Así, la negociación entre Boca y Estudiantes quedó descartada, pero el futuro de Rojo sigue abierto. Lo cierto es que el defensor no tiene lugar en el Xeneize y Estudiantes, al menos por ahora, no está dispuesto a incluir a Ascacíbar en ninguna operación.