Si lees NAIRB ACALAM al revés, descubrirás el nombre de su creador: Brian Malaca. Este juego de letras no es una simple casualidad, es el símbolo de un proyecto construido desde adentro hacia afuera, una marca que lleva la identidad de su fundador en cada fibra.
Brian no es ajeno al mundo del comercio. Criado en una familia de comerciantes, el ritmo de la venta y el trato con la gente corren por sus venas. Sin embargo, en lugar de seguir un camino ya trazado, sintió el llamado a crear algo propio, algo con sus propias reglas y su propia alma.
El desafío de empezar «con miedo y sin capital»
El inicio de NAIRB ACALAM no fue un camino de rosas. Como muchos emprendedores platenses, Brian se enfrentó a un cóctel de desafíos: un capital inicial limitado que no dejaba margen para el error, la incertidumbre de una primera ubicación comercial y la abrumadora tarea de gestionar una estructura por primera vez.
«El momento más destacado de mi carrera fue hacer las cosas con miedo y sin capital, el entender que los momentos no siempre tienen que ser perfectos para poder arrancar», confiesa Brian.
Esa mentalidad fue su punto de inflexión. En lugar de intentar venderle a todo el mundo, aprendió una de las lecciones más valiosas del comercio: escuchar. Se enfocó en un público puntual, entendió lo que sus clientas buscaban y, a través de las redes sociales y el trato diario, comenzó a construir una comunidad fiel que le permitió reinvertir cada venta y crecer paso a paso.
Disciplina, orden y bienestar: Los pilares del crecimiento
Para Brian, el éxito de su negocio se sostiene sobre tres principios innegociables: disciplina, orden y tiempo propio. Entendió que la disciplina es la que convierte las pequeñas acciones diarias en grandes logros, que el orden es esencial para cualquier organización que aspira a expandirse y, fundamentalmente, que su propio bienestar es el motor de todo. «Si no estoy bien, es muy difícil que las cosas funcionen al 100%», afirma con convicción.
Esta filosofía es la que le da la templanza para navegar los factores externos y la constante adaptación que exige el día a día de un comerciante en Argentina.
Un éxito que se mide en sonrisas
Cuando se le pregunta por su mayor logro, Brian no habla de facturación ni de expansión. Su respuesta es mucho más humana y, quizás por eso, más poderosa.
«El reconocimiento de cada clienta es, a nivel personal, el logro más importante. Entender que nos eligen y que se van con una sonrisa nos dice que estamos haciendo las cosas bien».
Hoy, NAIRB ACALAM es más que una tienda de ropa en La Plata. Es la prueba viviente de que con resiliencia, una visión clara y la valentía de empezar, se puede construir un sueño. Es una historia local que inspira no solo a comprar una prenda, sino a creer en el poder de las ideas y en la fuerza de la comunidad.
Para conocer más sobre su propuesta, puedes seguir a Brian y su marca en Instagram: @nairbacalam.
