La elección ya quedó atrás, pero la inflación sigue avanzando. Octubre cierra con una suba del 3% en el nivel general de precios, impulsada por un incremento de casi 1% en los alimentos durante la cuarta semana del mes.
El dato refleja la persistencia de un problema estructural que el Gobierno no logra contener y que impacta con fuerza en los sectores más vulnerables. La canasta básica alimentaria volvió a marcar el pulso de un modelo económico que prioriza la estabilidad financiera por sobre el poder adquisitivo de los trabajadores.
De acuerdo con la consultora EcoGo, los alimentos consumidos dentro del hogar aumentaron 0,8% en la última semana de octubre, llevando la inflación mensual del rubro al 2,8%. Si se incluyen los consumidos fuera del hogar, el indicador asciende al 3%. La aceleración respecto de septiembre confirma que la política de ajuste no logra frenar los precios, sino que los impulsa aún más.
Los alimentos, otra vez en el centro del problema
Según el relevamiento, las carnes subieron 1,2%, con fuertes alzas en pollo (3,5%) y fiambres (4,3%). Las frutas treparon 2,7%, las verduras 1,7%, con los cítricos a la cabeza (7,6%). En tanto, el azúcar, la miel y los dulces aumentaron 1,4%, acumulando 29,1% en lo que va del año.
En la misma línea, la consultora Analytica registró una variación semanal de 0,9% en alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires, con un promedio mensual de 2,9%. Por su parte, LCG estimó que la inflación promedio de las últimas cuatro semanas se aceleró al 3,3%.
Un ajuste que erosiona los ingresos
Frente a este panorama, el Gobierno sostiene que la política monetaria contractiva y las tasas de interés positivas alcanzan para “ordenar la economía”. Sin embargo, el dólar libre continúa volátil y el traslado a precios persiste, afectando especialmente a los alimentos.
La caída del consumo limita el margen de las empresas para trasladar costos, pero no impide que los precios sigan subiendo. El ajuste fiscal, lejos de estabilizar, profundiza la recesión y licúa los salarios.
Aunque el Banco Central proyecta una inflación cercana al 2% mensual hacia fin de año, los relevamientos privados advierten que la tendencia real sigue siendo más alta y persistente. Octubre deja una señal clara: la suba de precios no se frena con discursos, mientras la mesa de los argentinos se encarece semana tras semana.
El resultado es un país cada vez más desigual, con empresas beneficiadas por la “competitividad” y trabajadores que pierden poder de compra en cada visita al supermercado. La elección pasó, pero la inflación se quedó, confirmando que el ajuste sigue golpeando a quienes menos tienen.


