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Oscar Garay: adiós a uno de los técnicos más afortunados de la historia de la Liga Platense

“A naides tengas envidia / es muy triste el envidiar / cuando veas a otro ganar / a estorbarlo no te metas / cada lechón en su teta / es el modo de mamar”.

Un duelo nos llega otra vez a la puerta de la vieja Liga. Adiós amigo, Oscar Garay, un hombre con ansias de triunfo que llegó varias veces y fue visto con envidia por más de uno. Porque aquel Deportes Sur nos acostumbró a los títulos, cuatro años consecutivos, cuando su camiseta azul se revoleaba por el aire de los campos donde se juega la primera división del fútbol platense. Fugaz paso y eterno, fruto de un corazón de “Tano” emprendedor como era el presidente Santiago Quagliata, que puso la vida entera y dinero de sus prósperos negocios para que esos colores crecieran. Muy contentos no estaban los contrarios en un ámbito sin recursos, pero siempre ha pasado… y seguirá pasando mucho más en el futuro.
Oscar Garay se sentó en ese banco donde tenía pibes con notables cualidades. Llegaban de Defensa y Justicia, de Brown de Adrogué, de Quilmes, de Claypole, de su natal Berazategui. Se nos fue el «Negro» hoy, mientras se jugaba la Liga en canchas que conoció. El mismo tipo que honró con amor y perseverancia para tirar del carro de un club familiar, de Varela, aunque él siempre fue bien berazateguense, de Villa España, donde se crió, se casó y fue feliz con su señora y cuatro hijos.

La pesca, otro hobbie como la pelota

Uno de los tipos que una vez que dejan de jugar necesitan seguir, porque la pasión puede más. Había jugado con la camiseta del Club Maltería de Hudson, y en picados donde florecía la pelota entre matas, muy distinto al tiempo actual de tanto sintético. Un día glorioso Garay se llegó a mezclar en la misma cancha con glorias de la selección nacional, Amadeo Carrizo, de River, y Angel Rojas, de Boca, que visitaron Berazategui.
“El Negro” se hizo conocido más en La Plata que en su propia ciudad. Por aquel Deportes Sur y por otros dos escudos, Defensores de City Bell y Unión Vecinal de Etcheverry, donde no pudo dar en el blanco.

Oscar en el medio, con Club Maltería

Su nombre y bonhomía quedará en un espacio increíble, llamado Deportes Sur. Como la vida misma en un pestañeo… ascendieron en 1996, y una vez en la Divisional A, ganaron cinco campeonatos alternados. Parece cuento la vida, pero los dos DT de Deportes Sur de esa etapa brillante ya no están físicamente. Habían sido vecinos. Y amigos, por supuesto, con Norberto “Cacho” Espinoza, que consiguió el Apertura 1999 y falleció repentinamente meses después por una enfermedad. Entonces fue Oscar el que siguió con los muchachos que jugaban lindo. Dejó la Cuarta y comenzará a rondar siempre los primeros lugares de la tabla, con cuatro títulos: 2000, 2001, 2002 y 2003, todos ellos Torneo Clausura. “Esto es para vos Cacho”, gritaba empapado “El Negro” bajo una torrencial lluvia que se desató con el final del partido en Melchor Romero, el sábado 11 de noviembre de 2000, cuando los goles de Walter Zárate los devolvieron al primer puesto, subcampeón a Brandsen y a un repechaje por el descenso a El Cruce, que había comprobado esa polenta física y futbolística de los varelenses.

En 2001 la fiesta fue en su vieja cancha (hoy tapada por vehículos decomisados, que tiene el municipio de Varela); ante Tricolores, un empate en dos goles los coronaba campeones invictos, mientras seguía a buen paso por el Torneo Argentino.
En 2002 la vuelta olímpica en Alianza, de visita aquel 19 de octubre, donde el 2 a 0 con goles de Ramoncito Suárez y el “Chilli” Hugo Basquez ya metían el tricampeonato de la mano de Oscar.
La frutilla del postre se saboreó en el Estadio Ciudad de La Plata, el 6 de diciembre de 2003, venciendo a Estrella por segunda vez en siete días (4 a 1 y 3 a 1) y ganar el derecho a participar nuevamente del campeonato del Consejo Federal.
Jugaron dos veces el “regional”, hoy llamado Federal. Y enfrentaron a Alvarado en el Estadio Minella.

“De Oscar te puedo contar miles, porque fue un ser maravilloso y cuando se enojaba era en serio eh”, contó Ramón Suárez, 51 años, a la hora del adiós a un amigo. Era un chico cuando el mundo se le derrumbaba porque Boca Juniors no pudo ser su sueño, y pese a no querer más nada, llegó ese club donde iba a ganar amigos. No solían perder, pero si pasaba eso y no se jugaba bien tal vez el martes en la práctica “nuestro querido Oscar venía con la carpetita bajo el brazo, junto a Hernán (su hijo), que era el profe del plantel y todos ya sabíamos que íbamos a correr todo el día…”.

Cuatro estrellas, o cuatro “anillos”, no tienen tantas personas de las miles que llevan la pasión en la sangre, el bichito de la dirección técnica. En el mundo de la la Liga Amateur Platense ese honor le cabe a Alfio Loza en el Villa Montoro de 1975, 1976, 1977 y 1986; a Jorge Valdez en Estrella de Berisso de 1994, 2002, 2003 y 2004; a Gustavo Bianco en Everton de 2010 (doblete), 2011 y 2014; y a Uriel “Pedrín” Parrado en CRIBA de 2016, 2017 y dos veces en 2018.
“Es una tristeza, nos escribíamos al menos una vez por mes”, expresó con dolor el vicepresidente de la Liga y hombre de deportes del Municipio, Leandro Tarabini, quien fue arquero de Deportes Sur precisamente por una convocatoria de Garay para el Torneo Argentino B de 2004-2005.

En febrero de este año Oscar fue invitado a comer un asado, donde les comentó a sus ex dirigidos y amigos que estaba mal de salud. Quedó la foto, quedó el momento. Eso es la vida y así termina el fútbol. Sergio Cordero, Hernán Garay (hijo de Oscar), Luis Verón, Ramón Suarez y Joni Cordz; sentados, Angel “Mono” Candia y Cristian Oviedo. El gran Deportes Sur pentacampeón se sigue mensajeando, con el grupo de wathsapp y las juntadas en la que “nos seguimos viendo”, en la casa de un muchacho ex Estudiantes, Jorge Lodolo, y su hermano Ariel, quien fue 1 de Deportes Sur.
«No tomábamos la dimensión de lo que estabamos logrando, a veces hablamos entre nosotros que por ejemplo Tricolores nunca había sido campeón en tantos años que tiene de Liga…»

Duele, pero es la verdad y no tiene remedio. Hay un destino también en el devenir de los años. Los ojos de “El Negro” Garay eran los de esa hija que se fue un tiempo antes, el 29 de abril del 2024.
La noticia de su adiós coincidió con un sábado de fútbol liguista, como si nos reviviera en el corazón un pedazo de campeonato en aquella cancha grandísima de Varela, hoy usada para otros fines. Y sentimos que, como nos enseñaba el tango, es un soplo la vida…
Se fue Oscar, tipo silencioso y frontal, ganador con laureles para recordar cuando se hable de historia en nuestro fútbol amateur. Un sábado de comienzos de este siglo con sus jugadores se volvían al atardecer en un micro que llevaba ritmo de cumbia villera y aplausos, como un sueño del que no querían despertar. Así lo vamos a recordar. Camino a la victoria. La Liga debe rendir memoria a los grandes y seguir haciéndolo en vida.

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