En una medida que sorprende al gabinete y al mundo educativo bonaerense, el gobernador Axel Kicillof anunció la renuncia de Alberto Sileoni como director de Cultura y Educación de la provincia. Tras varios años en el cargo, la conducción del área pasa a manos de Flavia Terigi, quien asumirá con la misión de liderar una transición marcada por nuevos desafíos.
Terigi llega al cargo con una sólida experiencia académica. Como rectora en el ámbito universitario, ha demostrado sensibilidad hacia las políticas de inclusión educacional y la formación docente. Su nombramiento se interpreta como una apuesta estratégica para recuperar dinamismo institucional en la educación local frente a los desafíos de infraestructura, acceso y calidad educativa dentro del marco nacional. Desde agosto de 2022 se desempeña como rectora de la universidad Nacional de General Sarmiento, es también profesora titular de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires e integrante del Consejo Nacional.

Por su parte, Sileoni dejó la función pública luego de una larga trayectoria en la gestión educativa: en su paso por la cartera bonaerense impulsó programas de formación docente, fortalecimiento de escuelas y políticas orientadas a la expansión del acceso a la educación. Su salida ha sido respaldada por diversos sectores, pero también genera incertidumbre sobre la continuidad de algunos proyectos iniciados durante su gestión.
El anuncio oficial se enmarca en un panorama de tensión política y social: la educación en Buenos Aires enfrenta complejas problemáticas, desde la falta de recursos hasta la desigualdad estructural entre distintos municipios. Bajo la nueva conducción, se espera que Terigi apueste por fortalecer la articulación entre los niveles y avanzar en reformas que respondan a las demandas tanto de docentes como de estudiantes.
Ahora, el foco gira hacia el corto plazo, donde Terigi debe definir prioridades, reorganizar equipos y demostrar que puede ser la líder que la provincia necesita para dar impulso a proyectos educativos estancados. Para muchos, su designación simboliza la posibilidad de una renovación de estrategias en uno de los sectores más sensibles del país.



