Jue, 27 noviembre, 2025
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Gimnasia es de película, como las de Terminator

Terminator: metáfora que usó el recordado Roberto Perfumo para demostrar que un equipo se puede reinventar. Salió en una nota de la revista El Gráfico cuando el gran ídolo de Racing asumía como DT de Gimnasia.

Sábado con cielo despejado, de un celeste con la gama exacta de la que luce Racing. Sus enamorados dirían “lindo cielo, para ver caer de nuevo el pelotazo del Chango Cardenas cuando fuimos campeones del mundo”. Otro, que vive el ahora, dirá que “desde el cielo entró la pelota del paraguayo Matías Rojas el miércoles en Chile” (le pegó de atrás de la mitad de la cancha).
Los de Gimnasia en su ritual, jugar en casa, con sus sabores únicos y las personalidades que no “chamuyan los diarios”. Un colombiano loco por el Independiente Medellín llegó a las 9 y el partido empezaba a las 18, y tenía su razón de ser porque iba a ver un partido en Argentina, la tierra del campeón del mundo (hinchó por nosotros). De acá me voy a Uruguay porque jugamos con Nacional. Nuestro amor es parecido al de Gimnasia, somos sufridos, no venimos por las copas, sino por el sentimiento que nuestros padres nos enseñaron”, le dice a Sebastián Petricca, tripero que a su vez ya está organizando una salida al exterior para alentar a Gimnasia por la Copa Sudamericana. Saca un Flecha Bus para sesenta y ya está la mistad cubierto de azul y blanco. ¿Qué más decir de esta pasión? Que lo diga una bandera.

Mariano Cowen, el Presidente, se abraza a un relator histórico, don Daniel Angel Barinaga, el que popularizó en su grito radiofónico una frase que esperaron miles de oyentes al mismo tiempo en las transmisiones de fútbol platense en las décadas del 80 y 90, el «final-final-finaaalll del partido», era de Barinaga, a quien le pregunto por un comentarista y dice Néstor Basile. Le piden que elija el mejor gol en esta cancha y de inmediato se acordó “el del Mellizo Guillermo a Banfield, en el arco del Bosque, cuando entra gambeteando y se la pasa por arriba de la cabeza al arquero”.
¿Dónde ve ahora el fútbol cuando hace tiempo que no trabaja en la radio? “Veo al Lobo con lo mejor que tengo, los cinco que venimos siempre, arriba del túnel…” Ese equipo es su hijo Facundo, los nietos Juan Pedro, Valentina Camilo, y tiene dos hijas y tres nietas más, Inti, Juana y Ema. Le hago la última, ¿se ve bien la cancha desde la cabecera? No es lo mismo que desde la cabina de la techada. «Sí, veo, pero ahora hasta la mitad de la cancha (buen humor, placa, homenaje y gran momento).

Pita Nicolás Lamolina, ¡todos en sus lugares!, comienza otra de acción, a lo Terminator. La versión donde Arnold Schawarzenegger (Gimnasia y Esgrima) está hecho como el soldado del filme de ciencia ficción, de un metal líquido capaz de cambiar de formas y sobrevivir. «Con esfuerzos propios», como le dijo Coco Sánchez, ex presidente de 1980 y 1984, «hasta los huesos», le respondió el actual. La Liga Profesional 2023 ya vio transformaciones deportivas. Terminator 1 fue debutar con Vélez 1-3, caer adentro con Defensa 0-2, aguantar en Banfield 0-0, y recuperarse contra Instituto 2-0. Terminator 2 fue un dolor en Barracas 0-1, una maldición con Excursionistas, el creer contra Colón 0-0 y el infierno en San Lorenzo 0-4, hasta volver a armarse ante Estudiantes 2-1. Terminator 3 fueron otras dos caídas al hilo con Central 1-3 y Universitario de Lima 0-1, y este salir a todo o nada frente a Racing.
(Nota del redactor: entiéndase la comparación, el fútbol no es ninguna guerra, aunque las emociones, las tácticas y estrategias de supervivencia —adentro y afuera del rectángulo— son semejantes. La guerra infame y verdadera fue la de Malvinas. Y ayer se hizo un justo homenaje.
Memoria. La máxima goleada de Gimnasia en la historia del profesionalismo fue a un Racing campeón, 8 a 1, en este Bosque. Los visitantes habían dado la vuelta la fecha anterior ante San Lorenzo y el miércoles 22 de noviembre de 1961 se presentó en La Plata. Tal vez hayan ido nuestros abuelos o los viejos de uno, vaya a saber, el asunto es que al minuto empezó el baile (foto), gol de Hugo Carro.

No es casualidad citar este gol, porque en ese arco, el tanto de Tarragona será tempranero (minuto 8) y de factura similar. En 1961, al minuto Diego Bayo se la bajó de cabeza para que Carro la conecte de derecha, lejos de Osvaldo Negri, el 1 visitante. Después vinieron siete goles más del Tripero (todavía no era El Lobo). Ayer, Soldano le metió pase de cabeza a Tarragona que sacó el remate a un rincón, a la ratonera, porque “a los ángulos rectos los arqueros no llegan”.
El trámite del primer tiempo fue digno de la lucha diaria de los argentinos, a nadie le sobra nada, todos ponen y pelean: salió lesionado Cardona (adentro el fenómeno de Matías Rojas). A un hincha impaciente le explotan las cuerdas vocales: “Dale Durso, con la rodilla y a la cabeza”. Racing se quedó con diez por expulsión de Gabriel Rojas. Puede ser que sea una tarde a pedir de los pibes… El «Colo» Omar Bastía en la popular de 60 tiene la fe intacta.

iva que desdibujó a un rival dormido en los laureles. El juego nos va a deparar las emociones que hacen del fútbol algo tan hermoso, pero además se jugó mucho más.
Pinta la nostalgia, no se puede olvidar nunca aquellas finales del Octogonal de la Primera B en 1984, cuando los pibes del club eran Castagneto, Tempesta, Kuzemka, Ferrer, Pedrazzi, por citar cinco de aquellos tiempos de resurrección; ahora, esos cinco pibes que batallan son Durso, Bauti Barros Schelotto, Sánchez Astrolog, Miramón, Muro… por citar otros cinco que meten contra un rival que tiene el doble de los puntos.
Ya que lo vimos al «Colo» Bastía, acá lo vamos a sorprender con esta foto, un gol que le hizo a Racing jugando para su club de origen, Argentino de Rosario, en el Gigante de Arroyito (1983, primer año de los de Avellaneda en la B).

La noche y la nueva iluminación, junto a un aire verniego que se prestó para ver fútbol, nos lleva a ver un gol de película. Cabezazo del capitán Leo Morales (minuto 55) y el «Yacaré» enloquece a la multitud. Este Gimnasia está mostrando una versión de Terminator más avanzada. Quiere el tercer triunfo de local en el año. Y pensar que muchos qunieleros lo condenaban a la B cuando los pibes recién se estaban vistiendo… El trabajo es la verdad y si se trabaja bien se llama a la buena suerte. Si se trabaja de manera superficial, se está menos preparado para aprovechar lo que la fortuna ofrece.
Los otros pibes (los niños que van con sus padres y algún amiguito del colegio) disfrutan de la película. Piden garrapiñada y algunos maíz inflado.

Se viene Racing, que siempre será Racing. Una rápida acción deriva en el 1-2 de Jonathan Gómez (minuto 67).
Aún en ganancia y faltando veinte largos minutos, dos jugadores de recambio: Comba por Steimbach y Enrique por Muro (y se terminaron las variantes). Había una bandera pequeña en el alambrado que era un pedido de vaya a saber cuántos fanáticos: “Titularidad para Ivo Mammini yaaa”. Democracia.
El sufrimiento se cuela en las butacas, las ochavas, los palcos bajos y altos, hasta los paravalanchas. Es producto de la tensión del que pelea para no sufrir un descenso (este año se va el último de la tabla de posiciones y dos más por la de promedios).
Justo se me viene a la memoria un equipo de La Academia donde jugaron “Chirola” Romero y “El Cholo” Simeone.

Hay suspenso en el filme, un penal para Racing que el árbitro marcó como si estuviese más seguro de eso que de su apellido. Pero el VAR lo llama. Es dudosa. Lamolina va a la ceremonia de la TV y lo anula. Los pibes del Lobo aprenden una materia: cómo estar arriba por dos y que se te pongan de nuevo a nada para el empate…
Fue Franco Soldano el héroe (minuto 99, con tiempo agregado). Debajo de este cronista, Julio Ramírez (Julito) y Fernando Nuñez (Torugo) se abrazan. Es el fútbol como la vida misma… No hay crecimiento sin dolor. “No hay Lobo sin bosque”, acotaría Fabián Ambroggi en El Mondongo de sus amores.
“Final, finaaal, finaaallll del partido… ¡ha ganado Gimnasiaaa!”
Puedo oírlo aunque no tenga la radio y él ya esté en otra cosa, lejos de una transmisión. Don Daniel Barinaga (el relator que la comisión directiva homenajeó en esta ocasión) debe estar de la mano con un nieto, allá entre la copa de los árboles cercanos a la avenida 60.
Puedo imaginar al Topo Del Rivero informándole desde los estudios centrales que “el elenco mens sana se está haciendo fuerte en casa. Suma 10 puntos de los 11 que tiene en la tabla; y San Lorenzo y Rosario Central son los que más sumaron de local, con 13 unidades”.
Estoy seguro que en el más allá, pero siempre acá, en el Bosque, Néstor Basile, es el que me comenta lo que siento de esta victoria, con alguna de sus metáforas arrabaleras: “No tiene una chirola en los bolsillos, pero va al frente como quien va a confesar un amor”, en su voz ronca de tangos y comentarios viscerales en la histórica AM 1270.
Nos vamos a casa. En la soledad de la noche encuentro una razón más del corazón que tiene este Lobo hambriento. Lo puedo entender en los pasos del rusito Felipe Sánchez Astrolog, que se dispone a disfrutar de la cancha como quien caminara por un salón de fiestas después del baile. El día anterior cumplió 19, pudiendo ver solo a sus compañeros y prometiéndose un triunfo. Lo acompañaban ahora sus dos hermanos y un amigo, hasta que aparecieron dos hinchas y le pidieron una selfie. Felipe ahí ya es uno más, su personalidad vuelve a un estado normal, el joven que con timidez vuelve a casa con su mochila después de sacarse los botines y la 37 del guerrero, otro gran actor de este Gimnasia de película.

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