La Reserva de Gimnasia quedó al borde de la consagración en el Estadio Florencio Sola después de un partido que mantuvo en vilo a todos los hinchas. El equipo de Ricardo Kuzemka empató 2-2 frente a Boca y terminó cayendo 4-1 en la definición desde los doce pasos, en una noche que mezcló ilusión, sufrimiento y una dolorosa frustración final.
El Lobo había logrado golpear primero y mostrar personalidad desde el inicio. A los 10 minutos, una sólida aparición de Santiago Villarreal por izquierda derivó en un envío al área que Santino López García controló con el pecho y transformó en un gol contundente, desatando el festejo albiazul. Boca intentó reaccionar, pero entre las intervenciones de Julián Kadijevic y un travesaño providencial, el equipo platense sostuvo la ventaja hasta el descanso.
Un complemento de desgaste y un final abierto
El empate llegó rápido en el segundo tiempo, cuando Valentino Simoni aprovechó un rebote tras otra gran atajada de Kadijevic y estableció el 1-1. Desde allí, el trámite se volvió más parejo, con ambos equipos sintiendo el cansancio y sin demasiada claridad para romper la paridad antes del alargue.
La prórroga devolvió el dramatismo. Boca volvió a ponerse arriba gracias a Leonel Flores, pero Gimnasia respondió con orgullo y corazón. En la parte final del tiempo extra, Leonel Troncoso sacó un derechazo potente e inatajable para el 2-2 que estiró la tensión hasta la tanda de penales.
La definición desde los doce pasos y una derrota que duele
En la serie decisiva, la fortuna no estuvo del lado del Tripero. Troncoso e Ignacio Zapulla no pudieron convertir, mientras que Boca mantuvo una efectividad perfecta y selló el 4-1 final que lo coronó campeón del Torneo Clausura Proyección.
Gimnasia se marchó con la bronca lógica de haber competido de igual a igual, de haber mostrado carácter en los momentos críticos y de haber estado a centímetros de la gloria. Una final que se peleó hasta el límite y que dejó la sensación de que al equipo albiazul solo le faltó un pequeño detalle para festejar.
