Las tarjetas de crédito se convirtieron en el verdadero “caballito de batalla” del consumo cotidiano en Argentina. En un contexto de ingresos ajustados y caída del poder adquisitivo, cada vez más hogares recurren al crédito para cubrir gastos corrientes, relegando a otros medios de pago tradicionales.
Según el último Informe de Pagos Minoristas del Banco Central de la República Argentina, en noviembre los pagos con tarjeta de crédito aumentaron 7,4% interanual en cantidad de operaciones, con un crecimiento real cercano al 2%. En total, se realizaron 188,9 millones de transacciones, que sumaron alrededor de $10 billones.
Uno de los datos más significativos es que el 90% de las compras con tarjeta de crédito se hacen en un solo pago, lo que marca un cambio de comportamiento: el crédito ya no se usa mayoritariamente para financiar bienes durables o compras excepcionales, sino para sostener el consumo diario.
Cambio de tendencia en los medios de pago
El informe del Central también confirma una inversión histórica: desde septiembre, el uso de tarjetas de crédito superó al de las tarjetas de débito, que venían liderando los pagos electrónicos en años anteriores. Las operaciones con débito muestran una caída, mientras crecen con fuerza:
- Las transferencias inmediatas
- Los pagos con QR
- Billeteras virtuales, muchas de ellas no bancarias
En este esquema, las terminales POS tradicionales y los códigos QR concentran buena parte de las operaciones, mientras que el débito automático pierde peso relativo.
Pocos dólares y más endeudamiento
Pese a los intentos oficiales por impulsar pagos en dólares dentro de la economía doméstica, los argentinos casi no usan moneda extranjera para pagar. Incluso tras habilitarse el débito en dólares, el volumen de operaciones fue mínimo y quedó limitado a sectores muy específicos, como pasajes y turismo.
En paralelo, la cartera de crédito con tarjetas creció cerca de un 21% interanual, aunque con un comportamiento irregular y niveles elevados de morosidad, lo que restringe el acceso al crédito para muchos usuarios cumplidores.
Una señal de alerta
Lejos de reflejar una expansión genuina del consumo, el avance del uso de la tarjeta de crédito aparece como una señal de fragilidad económica. El crédito funciona como una herramienta para “llegar a fin de mes”, más que como motor de crecimiento, en un escenario donde los ingresos reales no logran acompañar el aumento del costo de vida.
