Este lunes se cumplen 30 años de un día inolvidable para Estudiantes: el ascenso a Primera División en 1995, tras coronarse campeón del Torneo Nacional B con cinco fechas de anticipación. Aquel logro marcó una página decisiva en la historia del Pincha, que regresaba a la máxima categoría de punta a punta y con autoridad.
El viernes 12 de mayo de 1995, en una noche fría pero de tribunas ardientes, el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo y Carlos Pachamé, con el Profe Córdoba como preparador físico, venció 1 a 0 a Gimnasia y Tiro de Salta en el estadio de 1 y 57 con un gol de José Luis Calderón. La victoria dejó a Estudiantes a un paso del objetivo, que se concretaría al día siguiente.
El sábado 13, el empate sin goles entre Atlético Rafaela y Atlético Tucumán selló el campeonato para Estudiantes. Esa misma tarde, varios jugadores del plantel, entre ellos un joven Juan Sebastián Verón, se acercaron a 7 y 50 para sumarse al festejo espontáneo de los hinchas, que coparon las calles platenses para celebrar el retorno del León.
Aquel plantel no solo fue efectivo, sino también protagonista de una campaña sólida, que permitió dejar atrás la frustración del descenso y recuperar el orgullo pincharrata. Treinta años después, el recuerdo sigue tan vivo como entonces: la noche del gol de Calderón, las tribunas desbordadas, los abrazos en 7 y 50, y el rugido de un pueblo que nunca dejó de creer.