A partir del 1 de febrero, los consumidores argentinos enfrentarán un aumento en el precio de los combustibles, según la confirmación de fuentes del Gobierno Nacional. La medida, que entrará en vigencia desde la medianoche de este jueves, implicará un incremento que oscilará entre un 7% y un 10%.
El ajuste tarifario es resultado del fin del congelamiento de precios que regía hasta ahora. Las petroleras, en respuesta a esta liberación de tarifas, deberán fijar los nuevos valores, generando un impacto directo en los bolsillos de los consumidores.
El acuerdo de congelamiento llegó a su término, y la no renovación del mismo ha abierto paso a este nuevo incremento a nivel nacional. La noticia ha generado preocupación entre los usuarios, quienes ya anticipan formaciones en las estaciones de servicio en busca de cargar combustible antes de la suba.
La variación de precios afectará tanto a la nafta como al diésel, marcando un cambio en el escenario económico para los conductores y poniendo de manifiesto las fluctuaciones en el sector de los hidrocarburos.