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domingo, julio 7, 2024

Artesanal, práctico, confiable y en pleno ascenso

Para leer

La llegada del técnico Eduardo Domínguez me recuerda a esas personas que subían a los colectivos para vender algún producto y en poco tiempo podía llegar a convencerte. Estudiantes goleó y en el vestuario, en los pasillos del estadio a la salida, o alrededor de una mesa del espacio gastronómico del gran Estadio Nuevo UNO, la gente se miraba y recordaba además una frase del “vendedor” que se subió en pleno viaje: “Este equipo no tiene techo”. La fecha 19 pasó, y son 28 paradas, hasta dar las hurras; en otros términos, la fiesta no terminó. Puede continuar. ¿Usted está soñando, verdad?
“Les voy a pedir unos breves minutos de su fina atención” decía aquel vendedor de ilusiones en el micro 202 que me llevaba desde Berisso a La Plata en tiempos de colegio, cuando uno jugaba y revista en mano curioseaba las camisetas, que en diseño rojo y blanco a rayas, como la de Estudiantes en la A, tenía a Barracas Central en la D, Cañuelas en la C, Talleres de Escalada en la BM, y Unión o Instituto en el Nacional B. Temas de un chico que hoy adulto se emociona al ver una salida «artesanal» (con papelitos) como la que prepararon en las barriadas pincharratas. Este equipo que, como decíamos evocando palabras del vendedor en el bondi, pareciera «irrompible» (perdía a los 2 minutos con un descuido que podía desmoralizar), «práctico» (llegó mucho y convirtió cinco), «confiable» (¿vio la racha? Perdió 1 de 17 con este técnico). “Listo para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, hoy se lo dejo en oferta imperdible: tercero en la Liga, clasificado en la Sudamericana, potenciado en sus juveniles, cotizando mejor).Entre el gentío, uno que se iba transpirado por tanto abrigo que llevó demás, don Marcelo Buian, hincha a rabiar de esta escuela de la vida, con gripe toda la semana, el viernes se “levantó” por Estudiantes y tenía una medicina que su corazón ya asimilaba con placer a medida que se acercaba Barracas Central en el fixture: Juan Ignacio Díaz, futbolista titular en los visitantes, de muy chiquilín fue dirigido suyo, en la categoría 1998 del Centro de Fomento 5 de Mayo, de Ensenada.
La historia es bien sencilla. Villa Tranquila, barrio lindero a Punta Lara; el “Negro” con campera de DT cruza una calle y está en el barrio vecino, las torres, donde el “Cinco” tiene su canchita de infantiles. A la vuelta de la casa del «Negro», sobre la calle Contarelli, vivían los Díaz, Gladys y Ramón, padres que aceptaron que el mayor de los tres hijos juegue a la pelota en una Liga… Es el “14” de Barracas anoche. Había macerado la idea de tomar un equipo en Buian y así ayudar en esa educación no formal que es el fútbol formativo. “Yo quería que se respeten, que aprendan juego grupal. ¿Sabes qué fue lo más lindo? Que empezaron y terminaron todos juntos, porque aprendieron el compañerismo. Juani era calladito”. Buian se volvió ayer para Ensenada con doble orgullo: el León está consolidado y su pichón también anda bien. En sus recuerdos, extrae de un álbum de LIFIPA donde entre las figuritas está el actual futbolista profesional.

Quien desee seguir leyendo la croniquita, deberá aceptar la opción de hacerlo con una mirada bien de ascenso, porque Barracas ha sido siempre un club luchador. De esto sabe incluso el nombrado Buian que guarda en el alma los días felices (muchos sufridos también) cuando su amor por Cambaceres lo llevó a ser presidente. Claro que le conoció la cara a ese paisaje barrial que fue la cancha barraqueña.
Minuto 2. El crack de Leo Godoy se quedó demorado en el área chica (en el micro, lo suyo habría sido «ponerse a jugar» en los escalones del estribo cuando se cierra la puerta) y un rival a la carrera, Calderara, hizo que sacaran otra vez del medio, 1-0. “Dios mío, qué error”, suele ser la expresión popular, se agarraron la cabeza varios. ¡Dios…! José Dios fue un defensor de Barracas Central en 1985-86.
Les anticipé que los recuerdos del ascenso serán uno de los hilos que componen la trama del comentario y voy a enhebrarlos, mechando una «efeméride» de un gol de Juan Sebastián Verón a Los Andes, allá en el conurbano, el 3 de junio de 1995 (hoy, 28 años). Eran tiempos Pinchas en el Nacional B, la fecha 40, ya ascendido hacía pocas semanas, igualaban 1-1 en el durísimo estadio “Gallardón”, y con ese puntito sumaban 63 en la tabla, quebrando el récord de puntos del campeón con mejor promedio, Armenio 1986/87.
Minuto 12, Rollheiser hace la de un acróbata y enloquece a la leonera, igualando en el arco del Industrial, saliendo a delirar como un niño, con los dedos en las sienes. En la captura de una cámara forográfico (ver abajo), se que Benjamín le apareció por la espalda a Juani Díaz, de pura astucia, aprovechando que Sosa tiene «un guante» para darle la pelota al 10… «Como con la mano», decíamos en el campito.
Encuentro un retazo de la historia, primer década de los 2000, en el Country, Díaz y Rollheiser eran chicos cuando entrenaban en infantiles. Desde ahí se conocen, cuando Juan pasó de 5 de Mayo al Pincha y en la «98» compartió con Calderón (hijo de José Luis), Bruera (hijo del ex intendente), el «Tuta» Cejas y el actual campeón del mundo con la Selección, Juan Fohyt.
«El fútbol infantil es la base de la pirámide del fútbol» (metáfora del ex coordinador albirrojo, Bottegal).

Minuto 23, Jorge Rodríguez se compra la ovación por patear ahí donde los arqueros no llegan. Segundo personaje en este tren de guerreros del ascenso. Así como mete “El Corcho” lo hacía Juan Risso, “El Pincha”, como lo conocieron en Barracas, donde fue campeón de Primera C hace veinte años (Apertura 2003), siendo el “3”.
La próxima foto es testimonial de aquel club y una de esas tardes de fiesta; el club, con el platense Risso, y presidido por “Chiqui” Tapia (de espaldas, con la “19”) en una imagen paternaliosta, lleno de pibes deseosos de un Barracas entre los grandes. Quién diría que 20 años después los partidos de Primera, de una liga campeona del mundo bajo el mandato del mismo Tapia, tendrá la sana costumbre de los Niños Escoltas en cada salida a la cancha de los veintidós jugadores. Los “críos”, como les sabía decir el presidente de AFA a sus dos varones, que en aquel 2003 eran muy chicos y jugaban en infantiles, este “10” Iván Tapia, y aquel más limitado con la pelota, pero no con la voluntad, Matías Tapia, quien un día canceló las medialunas que traía el papá y empezó a bajar de peso, 30 kilos, y jugar en la primera de Barracas en la B Metropolitana (hoy es el presidente).
Minuto 36, estadio Pincha que suena con su orquesta sin cesar y de pronto estalla en un gol de José Sosa, con una bola impresionante que gozaron 30 mil almas y sufrió Villar en su vuelo estéril, 3-1. Le gustó mucho ese gol a Víctor Hugo Gómez, actual delantero de Sacachispas, que aprovechando la visita de varios ex compa (el Víctor, criado en Berisso, supo jugar en Barracas con “Mara” Rodríguez, Arce y Tapia). Aparte, nada mejor que pasear en familia y en una noche tan linda llevar a la mujer y a su “Chinita”, que es fanática de River.
Se viene una definición apasionante (del segundo tiempo y del torneo), y en la trama estará el cabezazo, un show de tres saltos perfectos, con etiquetas de “inatajables”.
Minuto 16, el centro de Zuqui desde la esquina y el salto de Lollo para el 4-1. Están a los abrazos en todas las plateas, palcos y populares; los hermanos Ferretti, que coinciden “estamos jugando bien al fútbol y eso es lo que más me gusta”, cuenta Pablo, “El Mono”, que este 2 de junio, pero en 2013, se daba el gusto de ganar un ascenso con Everton al Argentino B, en una campaña donde llegaron a chocar con Atlético Camioneros, que recién iniciaba su marcha ganadora en el mundo AFA.
Minuto 25, centro de Tapia y frentazo de Mater. Se mantiene entretenido el juego. Hasta que aparece un grandote que tiene el tranco cansino y el apetito abierto, Guido Carrillo, que mira lo alto de una platea y señala a alguien de su entorno, dedicándole el 5-2.

Para completar, en la TV relataba Bulos y es inevitable la añoranza de un tiempo lejano, cuando fui su comentarista en una FM de poco alcance pero donde nos enamoró la profesión. Fue durante la campaña albirroja récord en el ascenso, justamente. Entre él y Niembro eligen al jugador “Motomel” (figura del partido), que destaca en la nota con Bueno “la mente fuerte”, pronunció el 7.
Se ríe en su casa de El Dique Gustavo Rezza, formado en Estudiantes y adorado en Nueva Chicago, goleador de los ochenta, que cuando tuvo su oportunidad con el buzo de entrenador juvenil vio llegar al club a José Sosa y en una práctica (reacción espontánea del técnico y todos los pibes de la Octava), lo vieron y le dijeron “vos sos el Principito”, por lo flaco, su nariz en punta y los ojos saltones, un clon pequeño de Enzo Francescoli. “Distribuyó bien, fue por la derecha, por la izquierda, corrió mucho, no lo sacaron, hizo un golazo, metió el pase del primer gol a Rollheiser, Bueno… todo lo que hacía antes pero con los 37 años que tiene encima”, selló su opinión Rezza (hoy va a comentar un partido de la Liga, donde juega Unidos del Dique, el club de su barrio).
El vendedor de ilusiones se bajó ya y la gente aprovechó la oferta, quedándose con tres puntos y una hermosa sensación que vuelve a caminar por las calles con esa melodía que dice “Pincha de mi vida, dame una alegría… quiero ser campeoooon”.
En la Liga hoy tendrán que hacer su parte los que están más arriba que Estudiantes, como River, que va a Varela.
En la fecha próxima, al Pincha lo espera una de las peores canchas para su historial, Colón, y será martes 13.
Si el fútbol tuviera sus visitantes, me imagino la cantidad de micros. Y otra vez pienso en Marcelo Buian, aquel que le dio la primera camiseta a Juan Manuel Díaz, hoy profesional, y ayer nomás un purrete que empezaba un largo camino de aprendizaje en los clubes arrabaleros. Ese fútbol que siempre es una oportunidad cuando en la sociedad está afectada la clase social más baja, y hasta la media, trompeada como está hoy. En uno de esos clubes, ayer festejó 78 años Hugo Mateos, jugador que fue campeón con Ignomiriello en la Tercera de 1965 y con Zubeldía en el Metro de 1967. Le hicieron una torta alusiva a una canchita, una de esas donde da clases en el Club Maltería de Hudson.
Desde su twitter de mil sorpresas numéricas, DCaceres70 (Darío está a la altura de un diario, más que un diario, una biblioteca!). Dice que ésta fue la tercera vez que Estudiantes golea 5-2 con autores de goles distintos. Todas fueron en junio. 22/6/1930, ante Sportivo Barracas (Zozaya, Ferreira, Scopelli, Pérez Escalá, Lauri); 28/6/1959, ante Central Córdoba de Rosario (Bracamonte, Infante, Alarcón, Storck, Antonio).
El fútbol fue la escuela de la vida para Marcelo Buian fue 5 de Mayo, Cambaceres y Estudiantes, en la ciudad de Ensenada lo conocen por las tres camisetas, y por su negocio, el Lubricentro, desde donde fletaba micros para seguir al León. Si pudiera el Negro, ya estaría llamando al diario para sacar el aviso… “Todos a Santa Fe”.

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1 COMENTARIO

  1. Prof. Adrián A. Echeverria - Director "Futbolteca Albirroja - Horacio Alberto Ferretti -de Bahía Blanca Prof. Adrián A. Echeverria - Director "Futbolteca Albirroja - Horacio Alberto Ferretti -de Bahía Blanca

    Majestuoso Colo !!!

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