En On The Record, conducido por Iván Schargrodsky, el analista político Bertie Benegas Lynch reflexionó sobre las consecuencias de la proscripción del peronismo tras el golpe de Estado de 1955. En una entrevista reciente, sostuvo que esta medida fue contraproducente:
“La proscripción del peronismo fue un error garrafal. Eso lo hizo más fuerte”.
Benegas Lynch explicó que el intento de silenciar al movimiento no solo no logró debilitarlo, sino que, por el contrario, consolidó su lugar en la historia política argentina, reforzando su base de apoyo.
Crítica al legado de Perón y Evita
Además, el analista aseguró que Juan Domingo Perón y Eva Duarte marcaron el inicio de prácticas que luego se arraigarían en la política nacional. Según sus palabras:
“Perón y Evita fueron los precursores del clientelismo político”.
En su análisis, señaló que el liderazgo del matrimonio instauró una lógica de dependencia que, a su juicio, todavía repercute en el panorama político actual.
El impacto histórico del peronismo
La proscripción del peronismo, que se extendió hasta 1973, buscó excluir a un movimiento que tenía un amplio respaldo popular. Sin embargo, su prohibición no solo alimentó su mística, sino que lo convirtió en un símbolo de resistencia para sus seguidores.
Benegas Lynch concluyó que los intentos por eliminar a este sector político no hicieron más que potenciar su influencia en el devenir histórico de la Argentina.