La derrota por penales frente a Central Córdoba de Rosario, equipo de la Primera C, detonó la salida de Diego Flores y encendió aún más la interna política en Gimnasia, a pocos meses de las elecciones. El «Traductor», que había sido ratificado días atrás, no resistió el nuevo papelón futbolístico y dejó su cargo en medio de una tormenta institucional.
El partido, que terminó 1 a 1 en los 90 minutos y con una pobre definición desde los doce pasos, desnudó los viejos problemas del equipo y reavivó las críticas contra la conducción de Mariano Cowen. El enojo de la hinchada se hizo sentir fuerte, como ya había ocurrido en los últimos partidos en el Bosque, y esta vez se tradujo en un mensaje intimidante.
Una bandera con la frase “Cowen andate. Huevo o Plomo. Con Gimnasia no” apareció en uno de los ingresos a Estancia Chica. Si bien no es la primera vez que el presidente albiazul recibe ataques de este tipo, el mensaje generó preocupación en el club, ya que el clima enrarecido parece escalar sin freno tras una nueva decepción deportiva.
El oficialismo, golpeado por los resultados y por la falta de respaldo en la calle, también empieza a sufrir presiones desde adentro. Dirigentes que formaron parte de la actual gestión y luego se alejaron comienzan a tomar protagonismo. Uno de ellos es Marcelo Rogliano, referente del espacio Renacimiento Gimnasista, que volvió a apuntar contra Cowen: “En este momento de calentura solo te pido que nos convoques a todos porque esto no lo podés manejar más así”, escribió. Y fue más allá: “A los dos mosqueteros de Modo y Gauna, como vos sabés, ¡sácalos del camino! Acordate de las charlas. Ahora es. Sos responsable”.
Rogliano, que fue protesorero hasta 2024, es uno de los nombres que suenan con fuerza para presentarse en las elecciones. La renuncia de Flores, la falta de conducción deportiva y el avance de la oposición pintan un escenario de alta tensión en Gimnasia, con un final de semestre que promete estar cargado de conflictos.