Después de casi un mes fuera del circuito, Tomás Etcheverry regresó a la competencia con una victoria en su debut en el ATP 250 de Estocolmo, tras recuperarse de un desgarro abdominal que lo había marginado de la gira asiática. El platense, actual número 63 del ranking mundial, venció al estonio Mark Lajal (149°) por 7-6 (7-5), 6-7 (5-7) y 6-3 en un partido que duró casi tres horas.
El triunfo tiene doble valor: llega justo en la semana en que Javier Frana, capitán del equipo argentino de Copa Davis, definirá los convocados para el Final 8 de Bolonia. Etcheverry mostró carácter en su regreso, especialmente en el tercer set, donde remontó un 0-3 y terminó dominando el cierre del encuentro con autoridad.
El bonaerense, acompañado en Suecia por su entrenador Waly Grinóvero, registró nueve aces, ganó el 70% de los puntos con su primer saque y quebró en cinco ocasiones el servicio de su rival. Con esta victoria, se convirtió en el primer argentino en ganar un partido en Estocolmo desde 2017, cuando Juan Martín del Potro se consagró campeón.
Etcheverry, sólido y en alza
El jugador de 1,96 metros mantiene un excelente récord de 10-1 en canchas duras ante rivales fuera del top 100 desde el inicio de la temporada. En los octavos de final enfrentará al serbio Miomir Kecmanovic (49°), con quien mantiene un historial igualado 1-1.
Mientras tanto, Sebastián Báez continúa atravesando un momento complicado. El bonaerense cayó en la primera ronda del ATP de Bruselas ante el francés Valentin Royer (70°) por 6-2 y 6-3, y acumula 16 derrotas en sus últimos 21 partidos. En contrapartida, el marplatense Francisco Comesaña debutó con un sólido triunfo sobre David Goffin (105°) y sigue sumando confianza en una superficie donde busca afirmarse.
El regreso de Etcheverry, con triunfo y buenas sensaciones, marca un paso clave en su recuperación y proyección rumbo al cierre de la temporada.