Gimnasia volvió a mostrar su mejor versión fuera de casa y se impuso con claridad ante Godoy Cruz en Mendoza. El equipo dirigido por Darío Orfila ganó 2-1 con goles de Rodrigo Panaro y Ivo Mammini, en un partido donde la solidez defensiva y el orden táctico marcaron la diferencia.
Desde el primer minuto, el Lobo fue superior. Con intensidad, concentración y un planteo inteligente, le bloqueó todos los caminos al Tomba y se adueñó del desarrollo del juego sin necesidad de monopolizar la pelota. La fórmula de Orfila —defender bien, presionar alto y aprovechar cada oportunidad— volvió a dar resultado.
Panaro fue clave y el equipo no tuvo fisuras
El primer golpe lo dio Panaro, que abrió el marcador tras una jugada rápida. Minutos después, el propio delantero asistió a Germán Torres para el 2-0 parcial antes del descanso. Fue un primer tiempo casi perfecto, donde Gimnasia impuso su ritmo y anuló por completo al local.

En el complemento, Orfila ajustó líneas con inteligencia: armó una línea de cinco con el ingreso de Conti, buscó más velocidad con Piedrahíta, y se aferró al resultado apostando a la contra. Godoy Cruz no encontró respuestas, pese a que descontó sobre el final con gol de Auzmendia.
Segunda victoria al hilo y el Bosque espera por Lanús
Con este triunfo, Gimnasia suma seis puntos consecutivos y comienza a mirar con otros ojos la tabla. La confianza crece y la idea de juego empieza a consolidarse, algo clave de cara al próximo desafío: recibirá a Lanús en el Bosque el domingo de la semana que viene.
El Lobo encontró una identidad y ya no es sorpresa: cuando juega con orden y compromiso, puede plantarse con autoridad en cualquier cancha.