Un partido para el recuerdo. Gimnasia logró una victoria histórica al derrotar 1-0 a River Plate en el Monumental, en un encuentro cargado de dramatismo que complicó seriamente las aspiraciones del equipo de Marcelo Gallardo de clasificarse a la Copa Libertadores 2026. El Lobo, que no ganaba en ese estadio desde hace dos décadas, jugó con el corazón en la mano y se llevó tres puntos que valen oro en su pelea por mantenerse en Primera División.
El equipo dirigido por Fernando Zaniratto mostró una solidez defensiva impecable y una entrega conmovedora. Apostó al contragolpe y, cuando tuvo que presionar, lo hizo con inteligencia. A los diez minutos del complemento llegó la jugada clave: Merlini fue derribado dentro del área y, tras la revisión del VAR, el árbitro Nazareno Arasa cobró penal. Marcelo “Chelo” Torres se hizo cargo de la ejecución y con frialdad puso el 1-0 que desató la locura tripera.
Insfrán, héroe otra vez
El cierre fue para el infarto. Arasa adicionó nueve minutos y, en la última jugada, cobró un penal inexistente para River. Todo el estadio contuvo la respiración. Miguel Borja tomó la pelota, pero Nelson “Mono” Insfrán volvió a agigantarse: atajó el disparo y selló una de las victorias más celebradas de los últimos años.
Festejo con sabor a salvación
El final encontró a los jugadores de Gimnasia abrazados, conscientes de haber conseguido mucho más que tres puntos. Con este triunfo, el Lobo se aleja de la zona roja y mira con otro ánimo los próximos compromisos ante Vélez y Platense. La ilusión de quedarse en Primera está más viva que nunca.
En contraposición, el Millonario se fue envuelto en silbidos y preocupación. Sin juego, sin ideas y con la presión de un Monumental impaciente, River llega golpeado al Superclásico ante Boca.
Para Gimnasia, en cambio, fue una noche de gloria. Veinte años después, el Lobo volvió a rugir en el Monumental y dio un paso gigante hacia su permanencia en la máxima categoría.
