Estudiantes de la Zona Oeste se juntaron a debatir las conclusiones de un año atravesado por la lucha universitaria. Conversaron sobre sus experiencias durante el primer año de gobierno de Milei, el rol de las autoridades y los Centros de Estudiantes y la importancia de construir la fuerza social y política de la resistencia. También participaron docentes y no docentes universitarios, y dejaron un saludo trabajadores del Hospital Posadas y jubilados.
Pasadas las doce del mediodía comenzaron a llegar estudiantes y jóvenes trabajadores al punto de encuentro en Villa Luzuriaga para pasar un día de pileta, parrilla, fútbol y mucho debate. Llegaron de la Universidad Nacional de La Matanza, del CUDI de González Catán, de la escuela secundaria Esteban Echeverría y Newbery (Matanza), y del Terciario N° 82 de Casanova. Pero también estudiantes de la Universidad Nacional de Hurlingham, de la escuela secundaria Dorrego y de la EES N° 50, la Escuela de Teatro y el Conservatorio Ginastera de Morón. Del más lejano Oeste y a pesar de la distancia, participaron estudiantes de la Universidad Nacional de Merlo y del Terciario N° 29 también de ese distrito. Compartieron la tarde, mates, y charlas. El clima que se vivió en la lucha, donde todos se sintieron parte de un colectivo, se sintió también en esos intercambios, en conocerse y reconocerse entre estudiantes de distintos lugares donde fueron protagonistas de esas peleas.
Antes de comenzar la charla entre todos, dió un saludo Luis Sucher, trabajador reincorporado del Hospital Posadas, recordando todas las peleas en común que dieron los trabajadores de la salud y los estudiantes, y la enorme solidaridad que hubo en cada universidad ante los despedidos en uno de los hospitales más importantes del país, ubicado en el Oeste.
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¿Cómo fue el conflicto estudiantil en el oeste?
Abrió el debate Nico, militante de la Juventud de En Clave Roja (Juventud del PTS + independientes) y estudiante de la Universidad Nacional de Hurlingham. Planteó la importancia de que, a menos de un año de gobierno de Milei, aparezca en escena el movimiento estudiantil nacionalmente peleando contra un gobierno que quiere avanzar sobre la universidad pública y gratuita. Milei empezó planteando la privatización de las universidades, y obtuvo como resultado una movilización histórica el 23 de abril con más de un millón en las calles, incluso muchos que habían votado a este gobierno, donde se logró que se garantice el presupuesto para el funcionamiento de las universidades. Sin embargo, seguía pendiente el reclamo de las y los docentes y no docentes que llevó a los estudiantes nuevamente a salir el 2 de Octubre. Frente a esto, el Gobierno tuvo que responder recurriendo al veto de la Ley de Financiamiento y comprando diputados, asumiendo un alto costo político, que despertó el tercer momento de la rebelión estudiantil con procesos de tomas y asambleas masivas en todo el país.
Esto marcó también el novedoso rol de las universidades del conurbano y el nuevo sujeto del estudiante – trabajador, donde en promedio el 78% de los estudiantes son la primera generación en acceder a la universidad y también son trabajadores ellos y sus familias. Esta novedad es un punto de apoyo muy importante para pensar la relación entre el movimiento estudiantil y la clase trabajadora que plantea como un desafío por el que apostar un “Cordobazo del siglo XXI” para derrotar todo el plan de Milei y el FMI. Mientras el gobierno afirmaba que la universidad era solo de los ricos, despertó el rechazo con cientos de historias de vida que muestran lo contrario, con el legítimo sentimiento de defender a la universidad de los ataques. Pero hay que cuestionar también la realidad social de profunda desigualdad en la que los estudiantes están inmersos y buscar transformarla de raíz para pelear por una verdadera “universidad de los trabajadores”. Nicolás concluyó con “la necesidad de construir una fuerza política que organice la resistencia contra el Gobierno de Milei, los grandes empresarios y sus cómplices que no lo enfrentan sino que transan o negocian”.
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¿Por qué no hubo una tercera marcha federal educativa?
Un punto importante del debate fue qué rol jugaron las conducciones peronistas de las universidades y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) donde se nuclean todos los rectores, que luego de conquistar el presupuesto de funcionamiento que es solo un 10%, dejaron tirados a los docentes y no docentes y su pelea salarial, mientras se encuentran un sector muy importante de ellos bajo la línea de pobreza.
Las conducciones sindicales, subordinadas a la política de las autoridades, se negaron a convocar a una tercera marcha federal masiva que ponga en el centro la pelea por el aumento salarial a docentes y no docentes. Mientras tanto, las conducciones de los centros de estudiantes, que en la zona oeste son dirigidos por el peronismo, mientras discursivamente se ubicaron como defensores de la educación pública, no convocaron una sola asamblea y boicotearon los espacios autoconvocados, jugando un rol central para no masificar la lucha. Así comentó Juan, estudiante de Diseño industrial en la UNaHur, quien habló de la experiencia en esa universidad: “no hay asambleas hace más de un año y cuando los autoconvocados pusimos en pie estos espacios de debate y organización, el Centro de Estudiantes intentó romperla y eso sembró la duda para muchas personas de a qué intereses representan”.
En sintonía Sol, estudiante de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional de La Matanza, compartió su conclusión sobre el desarrollo del proceso allí planteando que la conducción peronista del Centro de Estudiantes había realizado diferentes operaciones para aislar a los autoconvocados de la universidad. Y que las actividades que se impulsaron desde la asamblea autoconvocada tuvieron mucha repercusión pero sin participación de la Liga Federal (conducción del Centro). Esa repercusión, también generó identidad, como mencionó Male, estudiante de la carrera de trabajo social de la UNLaM, que destacó la importancia de tener espacios como este de intercambio entre distintos estudiantes.
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Por este debate, Eugenia docente de la UNLaM, aportó que “la universidad la sostenemos cientos de trabajadores precarizados. Las conducciones burocráticas de los sindicatos, nunca nos preguntan qué pensamos ni impulsan asambleas. Por eso lo que hicieron los estudiantes en solidaridad nosotros, los docentes, pero también los no docentes y la universidad pública, nos llena de orgullo y aporta mucho porque muchos compañeros no pueden levantar la cabeza a veces por miedo a que los despidan” y finalizó planteando que las autoridades, los sindicatos y centros de estudiantes buscan apaciguar la lucha, pero ésta va a continuar.
Respecto a cómo continuar la pelea, Jenny, estudiante de la UNLaM y militante de En Clave Roja, remarcó que la experiencia hecha con estas conducciones es algo importante para pensar la intervención del movimiento estudiantil el año que viene, dónde “una de las tareas es pensar cómo se forja la más amplia unidad, ya que el conflicto va a seguir porque el Gobierno sigue provocando y atacando, y los salarios de los docentes siguen sin aumentar”.
Finalizó planteando que “desde nuestras agrupaciones, queremos ser parte de seguir impulsando la organización democrática y desde abajo en las universidades junto a todos los estudiantes que fueron protagonistas de las asambleas autoconvocadas, y plantear allí la conclusión de que hay que desarrollar esos espacios y mantener vivo el debate, elegir delegados por curso, con mandato, para llegar a todos los estudiantes e impulsar las demandas existentes, ya que no hay forma de derrotar el plan de Milei y superar a las burocracias que obstaculizan la organización independiente, democrática y desde abajo, si no entran en escena miles de estudiantes.”
Desde este punto de vista, la Red de Agrupaciones de la Juventud del PTS se propone revolucionar los centros de estudiantes y recuperarlos de las manos de peronistas y radicales que quieren limitar la lucha y apagarla, para que sean herramientas de los estudiantes y que se basen en una organización democrática y combativa, de forma independiente de las autoridades y los gobiernos de turno, y busquen aliarse a los trabajadores.
Mención aparte merece la intervención de Rei, estudiante de la UNA, quien siendo venezolana comentó contra la xenofobia del gobierno que quiere correr el eje de la discusión: “el discurso del Gobierno contra los estudiantes inmigrantes viene desde la ignorancia y la xenofobia, porque no se pronuncia ni hacen nada contra las empresas imperialistas y extranjeras que saquean los recursos naturales”.
En el encuentro también se destacaron los estudiantes secundarios, como Malen, militante de la agrupación No Pasarán, quien contó que en su escuela, la Echeverría de Ramos Mejia, fueron contagiados por la lucha universitaria e hicieron una asamblea para charlar cómo les afectaba a ellos el conflicto, siendo que es su futuro el que está en discusión. Lo que incluso los hizo repensar el rol de sus centros de estudiantes, como contó Ian, estudiante del secundario Manuel Dorrego de Morón, que, además de plantear que “es mentira que a los estudiantes no les interesa la política”, y que la juventud sí “se involucra y debate”, que la conducción del Centro de estudiantes del Dorrego, que se dice apartidario pero está en manos de organizaciones peronistas, no tiene “instinto de lucha” y que cree que hay que ser mucho más activo.
¿Universidades para que?
Eze, ingresante de la UNLaM contó que como militante de En Clave Roja y la Juventud del PTS, intenta dar una batalla política e ideológica distinta a la que imponen las diferentes instituciones: “la educación viene de arriba y los estudiantes solo les queda acatar, no hay libertad de cátedra, espacios entre docentes y estudiantes que construyan colectivamente el conocimiento y puedan debatir qué sirve estudiar”.
Contó también un ejemplo de cómo un estudiante de arquitectura de la UNLaM había diseñado un sistema para que cuando alguien pise una baldosa en la ciudad se genera energía, mientras los capitalistas están quemando petróleo y destruyendo el mundo. Y que para él, el debate es entonces cómo se puede poner en función de las necesidades comunitarias el conocimiento, yendo más allá de la defensa de los derechos conquistados.
Este debate estuvo presente en toda la charla y también es parte del proyecto de manifiesto de las agrupaciones que impulsan desde la Juventud del PTS junto a independientes. El mismo se propuso seguir construyendolo colectivamente, peleando porque el conocimiento que se produce en la universidad esté orientado a pensar las necesidades de las grandes mayorías populares y utilizando las ideas del marxismo para cuestionar profunda y radicalmente la sociedad capitalista en la que vivimos. En este sentido, este año se impulsaron también en universidades y terciarios del Oeste, charlas sobre el Cordobazo, para aportar en recuperar las mejores tradiciones del movimiento estudiantil argentino.
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Una de las intervenciones más aplaudidas fue la de Guillermo, jubilado que vino a dar un saludo a la asamblea. Planteando que los jóvenes son un motor y una fuente de entusiasmo para los jubilados que salen a luchar. «A los que sueñan con el socialismo que supere esta porquería del capitalismo, sigan que tienen razón» concluyó.
El cuatrimestre terminó, pero la lucha continúa
Como conclusión de la jornada, estudiantes del Terciario N° 29 de Merlo expresaron que la lucha universitaria influenció a diferentes instituciones e invitaron a los presentes a sumarse a las agrupaciones que se impulsan desde la Juventud del PTS junto a independientes de todo el país.
Para cerrar la charla, se propuso realizar cursos sobre feminismo y socialismo, desarrollar grupos para estudiar y cuestionar los planes de estudio y al servicio de quiénes están puestos, seguir desarrollando y debatiendo colectivamente el proyecto de Manifiesto para incorporar inquietudes e ideas de todos y también pensar actividades sociales y recreativas para debatir política durante el verano.
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En lo inmediato, es importante que todos los jóvenes que comparten estas ideas se movilicen el próximo 20 de diciembre, a un año de gobierno de Milei, contra todas sus políticas de ajuste y por la anulación de la Ley Bases, que con el escándalo Kueider están demostrando que semejante ataque a los trabajadores y los sectores populares se aprobó con los métodos más rancios de la casta.
Los estudiantes se preparan para el segundo round. Durante todo el verano, la Juventud del PTS se propone fortalecer sus agrupaciones y sacar las mejores conclusiones de esta rebelión universitaria para luchar por un movimiento estudiantil independiente, democrático y que en unidad con los trabajadores se proponga derrotar el plan de conjunto de Milei y el FMI. Frente a tanta resignación que impone el peronismo, la fuerza desplegada en las calles, las tomas y asambleas de este año y el enorme apoyo mayoritario a la lucha en universidades, terciarios y secundarios y el conjunto de la sociedad muestra que fuerzas hay. El desafío es seguir organizando la resistencia en la perspectiva de ser la juventud que se proponga desarrollar y ser protagonista de un Cordobazo del Siglo XXI.