Cuando Diego Milito convirtió el segundo gol de Argentina en diez minutos el arquero uruguayo Luis Alberto Barbat soltó su angustia maldiciendo el rebote con sus piernas. En el arco de la avenida 32 Argentina se ponía 2 a 1 ante 40 mil personas que desconocían la historia de ese rival, el 1 uruguayo, totalmente vestido de negro. Había sido jugador de Estudiantes, en una Cuarta, Reserva y durante dieciocho partidos en primera donde firmó la planilla sin haber entrado… “nunca, ni un minuto, aunque Cacho Malbernat me dijo ‘movete’ una vez contra Platense cuando se golpeó feo Battaglia, pero se recuperó y volví al banco”. Entre 1985 y 1989 había vivido en La Plata con sus dos hermanos (uno de ellos Miguel Barbat también atajó) y dos padres que por motivos laborales cruzaron el charco y alquilaron en 517 entre 22 y 23, en Ringuelet, a unas pocas cuadras del hoy denominado Estadio Unico Diego Armando Maradona, la obra que aquella noche salía en todos los noticieros y en la transmisión de TyC, cuando se seguía hablando de una cuestionada inversión millonaria que triplicó los 20 millones de pesos del presupuesto original.
Además del doblete de Milito (uno de cabeza y otro de rebotero), su hermano Gabriel Milito intentó despejar de cabeza y convirtió un gol en contra. Antes de cerrar el primer tiempo Chavantón sacó una réplica y un bombazo que dejó el viejo clásico sudamericano 2 a 2. Aunque el relator se esforzara en gritar “el primer gol en este estadio”, una pelota del ascenso de AFA rodó en ese magnífica alfombra verde un mes antes, cuando lo pidió Villa San Carlos para jugar un partido del Reducido de Primera C ante Acasusso.
Barbat no sintió la presión, tenía 35 años (nació el 17 de junio de 1968 en Montevideo) y para muestra está el dato del debut, con el cosquilleo de saltar de titular en el Centenario ante un Brasil con stars como Bebeto, Junior y Renato (hoy DT de Fluminente).
Lo que sí fue el clásico es un inicio para la Selección, y para el segundo ciclo de la era Marcelo Bielsa. La historia no se detuvo. Pero tuvieron que pasar largos años cuando se jugó la Copa América de 2011, un amistoso con Eslovenia antes del Mundial 2014 y una frustrada presentación del Sub 20 en el Mundial jugado en nuestro país.

Había sido el 16 de julio de 2003, con otro estreno, el un futuro crack, Javier Mascherano, decisión bien loca del técnico Bielsa y que el propio Barbat la recuerda así: “Le pide a Astrada el 5 de la reserva de River, y éste le dice ‘pero si no jugó en primera’. Prestemelo que lo voy a hacer debutar en la Selección…Algo sabe Bielsa… por de ahí se fue para arriba”.
Una sensación embriagadora para todo jugador es representar al seleccionado de su país, y en el caso de Barbat, hoy 57 años y un hijo también arquero –ataja en tercera categoría de Uruguay– aquella noche fue “un partido parejo, con la satisfacción y el orgullo de haber jugado contra ese tipo de jugadores y poder estar a la altura”.
Hoy se cumple 22 años del estreno, justo en que se ventila la información de las reuniones entre la Provincia y AFA para convertir al Estadio Único Diego Armando Maradona en sede oficial de la Selección argentina.
La historia desconocida del “uno” en una extensa charla con el hombre que agradece a Estudiantes toda su formación, pese a no debutar y permanecer dieciséis veces en el banco de primera, secundando al paraguayo Jorge Battaglia Mendes (en el 86/87 y 87/88) y dos veces por la Supercopa contra el Flamengo.

Concertamos el llamado al mediodía del 16 de julio.
–Hola, Luis Barbat, ¿podemos hablar ahora?
–Me agarró viendo el resumen del Maracanazo… que fue un 16 de julio.
–Claro, en 1950, esa final de la Copa del Mundo. Pero de este lado del río de La Plata también tenemos un aniversario y un partido que jugó usted
–A ver…
–Uruguay empató con la Argentina, en el estreno de un Estadio
–¡En La Plata! Sí, sabía que fue a mitad de año. Tuvimos que viajar dos veces, porque la niebla y la lluvia suspendió una vez cuando ya habíamos almorzado en el hotel que está sobre la plaza San Martín. Nos sentamos y viene un dirigente de la AFA a decirnos que se suspendió. Nos volvimos.
–Qué te acordás de ese Estadio como vecino que fuiste…
–Lo vi hacer todo… Mi señora es de La Plata y mis padres estaban ahí cerca, veíamos las obras, y también estuvo parado varios años. Con los amigos del barrio íbamos a jugar al Estadio Provincial, como se llamaba… Año 85-86, con los amigos del barrio
–Te acordás de algunos
–Iban los hermanos Cortez, que jugaron en juveniles de Gimnasia y el papá fue profesional. Mi hermano Miguel Barbat (clase ’71) también iba, estuvo en Gimnasia y luego hablé con Cacho Malbernat y estuvo en ELP. Más tarde jugamos juntos Liverpool de Uruguay, y en el 95 ya no siguió. El mayor es Jesús Roberto Barbat (1963)
Con la noche gélida y el fuego adentro, aquel partido se abrió en diez minutos con tres goles. El segundo de la Argentina fue un verdadero golazo por la jugada colectiva que llevó al DT a lanzar su puño exageradamente al aire, tras la combinación entre D’Alessandro y César Delgado.
-Después jugaste la Copa América del 2004 en Perú
–Sí, iba a ir como suplente, pero Carini andaba común problema en la mano, se agravó y no nudo jugar. Así pude jugar un torneo FIFA. Ahí perdimos con Argentina 4 a 2, nos echan a un jugador y tuvimos todo un tiempo con uno menos, pero nos hacen el tercero y cuarto en los últimos minutos. Jugué la final por el tercer y cuarto puesto, ganamos 2 a 1 contra Colombia.

–¿Se puede considerar que sos parte de la escuela Pincharrata?
–Si fui jugador profesional fue porque Estudiantes me formó. Me fui con mi familia en enero del ‘85 por razones de trabajo de mi pade y mi madre, estuve ese año a prueba, Carlos Trullet era captador de 4ª división y al tercer entrenamiento me dijo que vaya a hablar con Pueblas (administrativo del fútbol amateur) que me iban a fichar. Pero yo no tengo el DNI, que en ese momento lo tramitábamos con mi padre en Buenos Aires. ‘Vayase y cuando lo tenga vuelve…’ Pero recién para septiembre-octubre me lo van a dar. ‘Ya le dije, cuando lo tenga vuelve’. Y así fue que lo tuve y firmé. Tuve la suerte de tener a Cacho Malbernat, un padre futbolístico, y tuve al Bocha Flores, que son sangre pincharrata desde la cuna. Subí a la 1ª en el 86 y compartí vestuario con Sabella, Camino, Russo, con Palito Bertero que me ayudó mucho en los primeros días. Me educaron desde todo unto de vista, desde el futbol a lo que es convivir.

ENTRENÓ A MUSLERA
Trabajó en el área de entrenadores de arqueros de la Asociación Uruaya de Fútbol, como ayudante de Celso Otero, y en una fecha FIFA le tocó viajar en su reemplazo ante Angola. Allí estuvo bajo los tres caños el actual 1 de Estudiantes, Fernando Muslera.
–Hoy lo tiene tu querido Estudiantes, ¿que palpito tenés?
–(piensa) Le va a jerarquizar el arco, le va a dar experiencia, pero como uno siempre dice ‘después hay que rendir’, con 18 o 35 años… Pero me resuena a que un equipo como Estudiantes no saque un arquero propio. Y ojo que acá pasa con Peñarol y Nacional lo mismo que allá. Cuando estuve en el club, salvo Bertero, después trajeron a Battaglia y a Yorno…. Recuerdo el caso de Andujar, que vino de Huracán.
Volviendo a la pregunta, sí, Muslera tiene recorrido con mundial, copas en Europa, pero digo que Estudiantes tiene esa mística que saca jugadores de su sangre, de adentro, de su patrimonio.
–Pero el fútbol cambió…
-Mucho. Hoy se arman los equipos cada seis meses, y antes se sostenían cuatro o cinco años. La prueba está que en mi tiempo jugadores como Russo, Herrera, Gottardi, Gurrieri permanecían varios años. Pero de los 90 para acá empiezan a venir los empresarios… Si bien son once para cada lado y una pelota al medio pero todo lo que lo rodea, hoy el fútbol es negocio puro, marketing, redes sociales, se vende y promociona mucho , hasta por los guantes
–¿Piensa que es un cambio para bien o para mal?
–Está inmerso en la sociedad, que ha cambiado mucho también… ¡Depende con los ojos que se mire! Si hay algo que no me gusta es el VAR, que distorsiona, modifica… ¿Qué hubiera sido de Argentina si hubiera estado en el 86…? Hoy no lo cobran. El fútbol es para los vivos, son cosas del fútbol la viveza, la picardía, la toma de decisiones, y parar un partido diez minutos para ver si una línea… no, parece un play station. Y los jugadores no saben si gritarlo o no. Hay más empresarios que jugadores, y hoy un jugador es más o menos que otro de acuerdo al empresario.
Se retiró en 2009 y en su curriculum quedaron 14 citaciones a la Celeste, con partidos de las Eliminatorias Japón y Corea 2002. Es entrenador desde 2005, y tomó la dirección técnica de Liverpool, El Tanque Sisley, Racing (AUFI, liga Sub 17) y Deportivo Italiano (donde dirigió a su hijo el año pasado). Ahora desocupado, espera ofertas.

-¿Le gustaría en Argentina?
-Me encanta, pero los empresarios son fundamentales y como uno no tiene empresario no tiene como llegar. Es pasión.
–Y también son muchos los problemas
-Veo que también se sacaron los preliminares. Un lunes a la tarde no van ni los padres a mirarlos. Formar a un jugador no solo pasa por lo técnico, por cómo me perfilo, por lo táctico, sino también por eso que llaman escénico. A mi me pasó jugar con estadios llenos y eso te forma también. Salimos en el entretiempo y la primera entraba para cambiarse, y uno sabía que el técnico de 1ª lo estaba mirando… Debuté en un clásico con Gimnasia que me partieron la cabez de una pedrada. Después vengo a Uruguay y juego Liverpool-Rentistas con doscientas personas. El futbol argentino tiene eso que lo hace distinto, todo lo que se vive desde la previa de un partido.
Barbat, el hombre que sin haber podido entrar en un partido de la máxima de AFA, luego tomó notoriedad en clubes de Uruguay (Cerro, Liverpool) y de Colombia (América de Cali) lleva presente a Estudiantes como a uno de esos amigos que dejan de verse y que cuando lo nombran…
“Esta nota me revolvió todo para atrás”, dice. Ha pasado el tiempo y sin embargo su mujer lo nota muy emocionado. Y no puede cortar, sale otro nombre y encadena con otro.
“¡El Negrito Agüero!…. ¡Craviotto! Me decían ‘no nene, usted tiene que dormir así, comer esto… Eso también fue formación para uno. Cuando yo fui a Estudiantes la historia ya estaba… Acá se ganó esto, pin pan… Sabe lo que era ir al Country dos horas antes…? Me iba a enrollar las vendas con los utileros Miguel Callero y “Chiquito” González… “Uruguayo, te vamos a regalar una camiseta a fin de año… porque no faltas nunca…” me decían. Uno lo hacía porque disfrutaba… Hoy me di cuenta que fui un privilegiado por haber pasado por todas esas etapas.
Hace veintidós años, a esta hora, salía al césped de un Estadio que se inauguraba. Muy pocos recordaron su pasado Pincha, pero en la intimidad, los de la escuela que vivían los años ochenta post «Narigón» sabían que al pibe lo bancaba Cacho, el gran capitán de los campeones del mundo.
Ficha del partido jugado el 16/07/2003
Estadio: Ciudad de La Plata
Arbitro: Epifanio González (Paraguay)
ARGENTINA 2 URUGUAY 2
Argentina: Franco Costanzo; Clemente Rodríguez, Daniel «Cata» Díaz, Gabriel Milito y Federico Domínguez; Luis «Lucho» González, Javier Mascherano y Andrés D’Alessandro; César Delgado (Mariano González), Diego Milito y Federico Insúa (Pablo Guiñazú).
DT: Marcelo Bielsa.
Uruguay: Luis Barbat, Diego López (Joe Bizera), Gonzalo Sorondo (Alejandro Lago), Guillermo Giacomazzi, Gianni Guigou, Marcelo Sosa, Javier Chevanton, Mario Regueiro, Vicente Sanchez (Carlos Bueno), Martin Liguera, Walter Pandiani (Diego Perrone)
DT: Juan Ramón Carrasco.
Goles: Diego Milito (4 y 9′) de Argentina; Javier Chevantón (7′) y Gabriel Milito en contra (37′).
