VIVE Global: Descubre el Mundo en Directo

8.9 C
La Plata
domingo, julio 7, 2024

Instantes felices en un cero a cero apático entre dos clásicas escuelas del fútbol

Para leer

Recreo, a esto se parece un sábado cuando vas a la cancha. Aunque esté fresco y nublado, están ahí, el niño y el abuelo, de cualquier género, prefiriendo estar en este lugar que “es otra cosa”. Mirando el presente de una historia que se llama Estudiantes y Racing Club, aunque el partido no tenga goce, le falte preciosismo, y no salga el gol. Fue un bostezo, un 0-0 tacaño, como para que algún televidente en el cómodo sillón o la cama quedase dormido antes de las ocho. Pero los que fueron, los que van siempre, desde el niño al abuelo, solo el aliento los mantuvo bien atentos.
Pero, acá estamos, románticos en el siglo XXI. Viendo a dos escuelas del fútbol que salieron con los Niños Escoltas, una historia de amor, que cala hondo en las familias que pasaron por la experiencia. La AFA lo incorporó desde que bordamos «la tercera estrellita» en el Mundial.

La vigesimocuarta fecha de esta Liga 2023 arrancó en La Plata, pero pareció no haber arrancado.
¿¡Qué esperaban de un clásico!? Este es uno de esos partidos donde los hinchas, de cada lado, esperan con particular interés, como si jugaran con sus vecinos.
Podríamos «camuflar» que el espectáculo salió así porque ambos planteles están en una etapa de «adaptación» (los dirigidos por Gago) o de «rotación» (los de Domínguez). Podríamos decir que bien lejos quedó aquella fiesta del fútbol cuando Estudiantes jugó como nunca ante Racing, en 1967, la final en que lo goleó 3-0, convirtiéndose en el equipo disruptivo que acabó con la hegemonía de los cinco grandes. Siguió en el año 1968 la «bronca», cuando se enfrentaron cinco veces, dos empates, dos victorias albicelestes y una albirroja que valió el pasaje a la final de América.
Miro los diarios en la Hemeroteca de la UNLP, y el anuncio de la final del 67 tiene ídolos que ya no están físicamente. De los cinco que puso el diario La Nación vive Humberto Maschio, pero la vida nos sacó a Juan Echecopar, al «Mariscal» Perfumo y a «Cacho» Malbernat.
Y aparecen en eso las camisetas, Estudiantes, de color gris, como los nubarrones; Racing, con su alternativa celeste con detalles blancos, como un cielo nublado.
Cabe preguntarse qué es el fútbol si no un grandísimo espectáculo incluiso en el mayor extremo del profesionalismo como el que vemos hoy. ¿Qué es vivir si no vemos con los ojos del reconocimiento por los esfuerzos brindados?
No hay tantos cracks en la formación de Racing. La Academia puso en Primera a varios pibes que hace un año y medio vienen trabajando duro con Gago para estar entre los once. Lo sabe el pequeño Ignacio Block (10 años), que llenó las dos páginas del álbum de figuritas y solo encuentra que de sus ídolos juega Mura de titular, pero se lamentó de que no estén más su ídolo Rojas y Alcaraz y que esté expulsado Hauche. Lo raro es que Maxi Moralez esté en el banco de suplentes y no ingrese en un partido donde les cuesta manejar la pelota.

… ¿Qué sería el fútbol sin la banda de músicos que arranca las canciones? Antes de que salga el equipo arrancaron a saltar con el «¡Pinchaaa!, ¡mi buen amigooo!», canción que nació en 1982, cuando las hinchadas se revelaban como nunca e inventaban letras cada vez más largas, y los de San Lorenzo sacaron este jingle de la televisión, de una propaganda de educación vial en la que un niño se despedía cantándole a su perro antes de irse de vacaciones. “Boby, no me extrañes mucho, pronto voy a regresar”, que fue reemplazado en la popu por el “yo te sigo a todas partes, cada vez te quiero más”.
El partido enmarañado se representa en una foto de Eva Cabrera donde el correntino Palavecino pierde con Sigali. La marcación venció por amplio margen a los que tienen la responsabilidad de desequilibrar.

Párrafo aparte para mi entrañable fotógrafa Eva, que fue la primera presidenta mujer en la historia de Asociación de Reportes Gráficos de la República Argentina (ARGRA). Con cierto aire bohemio y humildad verdadera me acompañó por las canchas de los barrios, donde conocimos a consagrados, como Rulli o Rojo, por citar a dos ex Pinchas.
Pero están los que no llegan. Nunca está demás decirle a los chicos: la enorme mayoría no termina obteniendo un puesto de trabajo para ganarse la vida “jugando”. Por eso, a disfrutar entre amigos. Todo pasa y muy rápido. Todo cambia sin darse cuenta. Una muchedumbre de hombres adultos, ayer eran esos pibes ilusionados. ¿Estos son los chicos de la 85? El locutor dice sus nombres y se sienten acariciados para siempre. ¡Calma, corazón! Recorren el césped de UNO con uno que llegó a la selección nacional, José Sosa. Veinte años sin verse. La mayoría hizo de Novena a Cuarta, unos pocos se cambiaron en el vestuario en Reserva, y dos firmaron contrato de futbolista, Diego Armando Noguera y el famoso Sosa. La 85 que se enfrentaba a Boselli, que era un joven de Boca Juniors. Se abrazaron fuerte y sintieron ganas de ponerse los botines. El ex arquero Gabriel Castro se vino con la familia desde San Nicolás. El que empezó más temprano en infantiles llegó más tarde (cuando habían ya desfilado por el césped), Marcelo Fortunato. Dos juegan en el Senior, el neuquino Diego Garrido y el marplatense Ezequiel Villalba. Se ven los valores que nacen del deporte, porque están los que les buscaron alojamiento a quienes llegaron desde otras provincias, como Matías Cepeda, desde Entre Ríos. Querían ver jugar a «El Principito” Sosa, pero está lesionado, pero al menos lo tuvieron un rato en «exclusiva» con la 85. Esta circunstancia  emocionó a quien organiza el grupo de las camadas, Aldo Podestá (otro ex jugador).

Del otro lado, Racing apenas provocó con remates desde afuera de Jonatan Gómez. “Ellos tiraron más al arco, por eso parece que son mejores, aunque la teníamos más nosotros”, me comenta a sus 13 años Manuel Pérez, súper hincha desde ayer, ya que entró al campo como uno de los Niños Escoltas, y lo hizo de la mano de Boselli, que según cuenta el pequeño «me dijo que me abrigara bien”.
Celebramos el buen ejemplo de cada club organizando a los Niños Escoltas, que ojalá vaya camino a convertirse en una tradición por la AFA (lo incorporó en el show de la Liga, desde que bordamos la tercera estrellita de campeones mundiales).
¡Mundial es este chico Manuel! Después se sentó en una platea de 115 y esperó el gol del ídolo Boselli, pero lo bloquearon bien. ¡Le hicieron un sanguche!

En el segundo tiempo, los jugadores hicieron lo que pensaba el niño, porque vimos dos tiros desde afuera del área, de dos ingresados (Mancuso y Zapiola). Mejoró algo el León, porque cuando entró el internacional Ascacibar obligó a que Racing “bajara”.

El fútbol tiene algo de batalla.
Las palabras son parecidas, ataque y contraataque, hay estrategia, pero mejor no caer en cosas que arruinaron al mundo. Volvamos al fútbol, a la batalla deportiva donde quedó un parte médico: Zaid Romero lesionado; Sigali con un corte en la cabeza (se la vendaron) y el arquero Arias varias veces haciéndose el «muerto». Así, la visita llegó a las ocho fechas sin conocerle la cara a la derrota. Cuando termine la Liga se abocará a jugar por la Copa Libertadores, en llave de Octavos.
Por ahí lo ves a Ruben Capria, quien ha sido un pedazo de jugador (mitad de ese pedazo en su cuna Estudiantes y mitad en Racing). ¿Cómo explicarle a Nachito, que apenas tiene 10 años, cómo jugaba Capria. Le decían «El Mago» y era capaz de hacer ganar un partido si le pegaba de afuera o le quedaba un tiro libre, porque le daba fuerte, con efecto y potencia. Hoy es el manager de Racing y permanece tan caballero como en sus años mozos cuando vino a La Plata dejando atrás a su casa de General Belgrano.

Estudiantes piensa en la Copa —viajó hoy a Ecuador para enfrentar el martes a Barcelona de Guayaquil—. El hincha lo apoyó pese al mal encuentro que soportamos: “Jugadores, te lo pide la hinchada, hay que ganar la Cooopaaa, la Sudamericana”.
Se terminó el clásico entre escuelas, y en el teatro de la tribuna descubrimos a una perla más, un hincha fanatizado con Rodrigo De Paul, nacido en Sarandí, jugador criado en Racing y recién coronado de gloria en la Selección. Lo raro es que el hincha que lo tiene tatuado y me lo muestra es refana de Estudiantes. Pero dice que no le importa que De Paul sea de Racing. «Decile a Gago que no venga a hacer tiempo”, espetó el anónimo.
Final del sábado, sin goles, pero lleno de sonrisas y emociones afuera del campo.

(Nota del redactor: en el grupo de la camada 1985, éstos fueron los presentes: Diego Garrido, Matías Cepeda, Leandro Bradley, Marcelo Fortunato, Gonzalo Raverta, Leandro Mata, Alejandro Coronel, Celso Castellano, Damián Panza, Manuel Solari, Lucas Encinas, Jonatan Cipolla, Ricardo Pagani, Lucio Oriozabala, Ramiro Díaz Coronel, Claudio Albarracín, Walter Albornoz, Luis Pérez, Sebastián Escurra, Adrián Gómez, Hernán Escribano, Carlos Pontillo, Fabricio Recavarren, Leandro Guaita, Luis Flores, Gonzalo Paez, Diego Armando Noguera y José Sosa).

- Genesis -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Ultimas Noticias

Olmedo: «Milei es un revolucionario y con la ley Bases se empieza a acabar el negocio de la política»

Leer másInfo General La plata Alfredo Olmedo es congresista del Parlasur y líder de Ahora Patria, partido que en Salta...
- Advertisement -spot_img

Otros Artículos de Interés