La ciudad que nació de un proyecto político
La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, se ubica a 49 kilómetros al sudeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a sólo 8 de Punta Lara, su acceso al Río de la Plata. Forma parte del Gran La Plata y del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Fundada el 19 de noviembre de 1882 por el entonces gobernador Dardo Rocha, la ciudad fue el resultado de una decisión política sin precedentes: construir desde cero una capital moderna para la provincia, tras la federalización de Buenos Aires.
Mientras figuras como Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina debatían entre la nacionalización y la autonomía, Rocha imaginó una urbe que representara la reorganización nacional. Así nació La Plata: como un símbolo de futuro y modernidad.
El diseño perfecto: equilibrio, ciencia y belleza
El ingeniero Pedro Benoit dirigió las obras y diseñó un trazado que aún hoy asombra por su precisión. Inspirado en las grandes ciudades europeas y norteamericanas, Benoit proyectó una cuadrícula perfecta con diagonales, plazas cada seis cuadras y amplios espacios verdes que equilibran la vida urbana.

La Plata fue pionera en América del Sur: en 1886 ya contaba con alumbrado y tranvía eléctricos. Su diseño respondía a criterios higienistas y de orden urbano, con un eje histórico que une la Catedral y la Casa de Gobierno.
El nombre “La Plata” fue propuesto por José Hernández, autor del Martín Fierro, en homenaje al antiguo Virreinato del Río de la Plata.
Masones, mitos y misterios
La historia platense también está atravesada por lo enigmático. Según el investigador Nicolás Colombo, autor de Misterios de la ciudad de La Plata, desde su fundación circula la llamada “maldición de los gobernadores”, que habría recaído sobre la ciudad y su fundador, frustrando las aspiraciones presidenciales de Rocha y sus sucesores.
Otros sostienen que su trazado urbano esconde símbolos masónicos, donde diagonales y plazas representarían herramientas de la masonería: la escuadra, el compás, la plomada y el nivel. Incluso, se ha comparado su diseño con la ciudad imaginaria de Los quinientos millones de la begún, de Julio Verne.

Tradiciones que no se apagan
Cada 31 de diciembre, La Plata, Berisso y Ensenada se iluminan con la Quema del Muñeco, una tradición que mezcla arte, comunidad y celebración. Inspirada en las Fallas valencianas, los muñecos son creados por vecinos y estudiantes para despedir el año y dar la bienvenida al nuevo.
A 143 años de su fundación, La Plata sigue siendo una ciudad única: ordenada, verde, universitaria y misteriosa. Su historia combina la visión política de Dardo Rocha, la creatividad de Benoit y el espíritu de sus habitantes, que cada año renuevan el sueño de una ciudad pensada para el futuro.



