No es necesario remontarnos 70 años para buscar alguna banda de rock exitosa en la ciudad de La Plata. Cada aniversario, esta ciudad nos invita no solo a mirar su historia arquitectónica o política, sino también a celebrar lo que la hace única: su pulso cultural. Desde hace décadas, la ciudad respira arte, movimiento y rebeldía. Es cuna de bandas, proyectos y artistas que marcaron un antes y un después en la escena nacional.
En cada garaje, en cada bar y en cada sala de ensayo late una nueva idea musical. De acá surgieron nombres que traspasaron fronteras y pusieron a la ciudad en el mapa grande del rock argentino: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Virus, Guasones, Estelares, El Mató a un Policía Motorizado, La Patrulla Espacial, 107 Faunos, entre tantas otras agrupaciones que encontraron en estas diagonales su punto de partida.
Pero más allá de los nombres, lo que distingue a La Plata es su identidad colectiva. Una ciudad universitaria, joven, creativa, que funciona como semillero constante. Los estudiantes que llegan desde distintos puntos del país encuentran aquí una ciudad que inspira, que invita a crear, a formar bandas, colectivos artísticos o espacios culturales autogestionados.
Los espacios culturales también cumplen un rol fundamental en este entramado. Bares, centros culturales, radios y festivales independientes se transforman en plataformas de difusión para los artistas locales, generando redes de colaboración que fortalecen la escena y mantienen viva la identidad cultural de la ciudad.
En este aniversario, La Plata reafirma su lugar como epicentro del rock y cultura bonaerense, con una historia que sigue escribiéndose día a día. Entre guitarras, letras y escenarios, la ciudad continúa proyectando su voz al país y al mundo, demostrando que su espíritu creativo está más vigente que nunca, en los sonidos que hoy se están gestando y que, quizás mañana, también cruzarán los límites de la ciudad. Una ciudad donde la música no se escucha solamente, se vive.


