Las Malvinas se llamó el Campo de Deportes donde Maradona hizo las infantiles de Argentinos, “Los Cebollitas”, cuando decían: “Este pibe va a jugar como Pelé”.
Las Malvinas se denomina el predio de Newell’s donde Messi entrenó y jugó al fútbol infantil, en “La Maquinita” de su categoría 1987, mientras comentaban: “Nació otro Maradona”.
Las Malvinas le pusieron al club que se creó tras la guerra, el 22 de septiembre de 1985, donde Rojo hizo sus primeros partidos, en la categoría 90, el pichón de crack que después nos emocionó en dos Mundiales.
Este último, nuestro Malvinas, con predio en 140 y 528 del florecido barrio Las Quintas, (oeste del conurbano platense) está cada vez más grande, y no solo por el paso del tiempo. Pase y vea. Pero antes lo queremos hacer volar. A aquella cancha donde «Dieguito», en 1971, le hacía este gol a un desconocido arquero de un equipo uruguayo. El Complejo Las Malvinas de Argentinos. Coincidencias, casualidades… Todo es historia.
El sábado 15 de marzo de 1986, la alegría de los chicos llamaba a la puerta de LIFIPA. Ese día se disputó la primera fecha del torneo que ya llevaba diez años de existencia y debutaba un club, Las Malvinas. En solo seis meses estaban con los arcos, la pelota y juegos de camisetas, pantaloncitos, todo a pedir de los pibes del barrio Las Quintas, en lo que hoy es la localidad de San Carlos. Pocos recordarían ese dato del debut, aunque el archivo actúa como el juez con toda su firmeza para respaldar a este periodista: Las Malvinas recibió a Romerense y en el único diario de la ciudad sacaban mal la dirección de la cancha: calle 528 y 146 (en realidad se trata de la 140). Suele pasar que la prensa informe mal. Igualmente, nadie se perdió, había pocas casas y una sola cancha.
Ese torneo contó con 20 clubes, cada uno con seis categorías, todas ellas siguen hoy vigente, menos cuatro (YPF, DAGA, América y Deportivo La Plata dejaron el fútbol). Los otros clubes amigos habían sido Alianza, Toronto, Alumni, Internacional, Asociación Brandsen, Independiente de Berisso, Peñarol de Olmos, For Ever, Fletes, El Carmen, Saladero y Centro Fomento Los Hornos.
Una gran historia que no tiene final.
De los chicos lugareños, el primero que dará que hablar es Pablo Luguercio, “El Payaso”, un gambeteador clase 1981, goleador, con destino de campeón en Estudiantes de La Plata que lo fichó en Novena y en el glorioso torneo Apertura 2006 fue campeón.
Otro niño famoso que aprendió a competir en Las Malvinas fue Luciano Aued, “El Luly”, pero a diferencia de tantos, éste llegaba desde la ciudad de Berisso y se presentaba dos veces a la semana a entrenar. En la siguiente imagen, se lleva de cabeza el balón amarillo oficial que ponía LIFIPA entre sus reglas. De Las Malvinas lo sacó Gimnasia y comenzó en Prenovena, hasta que la misma fotografía está en su debut Gimnasia-River (Apertura 2007). Otra gran historia que hoy tiene la camiseta de Unión de Santa Fe en la Liga Profesional.
Once años después de la fundación, Las Malvinas ingresó a la Liga Amateur. Era 1995 y un grupo de jugadores que habían logrado el título de Tercera con Romerense fueron el trampolín para encauzar el fútbol mayor en otro equipo del oeste platense, Las Malvinas. Uno de los que cambiaba de camiseta era “El Tano” Mario Barbarino, quien se embaló mucho más porque su hijo Marito ya jugaba en la categoría 1988 del fútbol infantil. Y Mario se puso los cortos en Primera y también se probaba a sí mismo dirigiendo a los chicos de la 90. ¡Adivina, adivinador! Había un niño que llevaba la 7 y era un «pulpito», Marcos Rojo, ya de pequeño se mostraba con fuerzas para la carrera del fútbol. Iba con su mamá Karina y su papá Marcos Alberto, “Titi” (jugador de El Cruce). De ahí Marcos saltó a Estudiantes de La Plata e hizo escuela en juveniles hasta que Sabella lo puso a punto (escribieron la historia de la cuarta Copa Libertadores ganada por el club en 2009 y la quinta estrella en AFA con el Apertura 2010). Todo es historia, pero ésta es muy grande y continúa en el mundo Boca.
Los dirigentes eran pocos y recibían a todos con los brazos abiertos, José Pietrosimone, “El Pino”, estandarte humano de esta causa junto a su señora Mirta. Si de hacer nombres se trata, la mente despliega nombres de dos bellas personas que se grabaron en el piberío auriazul: Néstor Ortíz y Mario Mannarino.
Llegaron los años 2000. Tiempo propicio para los juveniles en Liga Amateur, que ya tenían preparada la cancha, siempre “pelada” de tanto fútbol y escaso mantenimiento. Disputaban un torneo muy destacado en esos años, el Regional de Fútbol Juvenil, compitiendo equipos de cuatro ligas. En Las Malvinas apareció otro delantero muy rápido y de técnica refinada, Sebastián Dubarbier, quien más tarde también cumplirá el objetivo que se fijó, jugar en forma profesional (lo hizo en los dos clubes de La Plata).
Al fin, la Liga Amateur obligó a sus afiliadas a ocuparse de las “divisiones inferiores” (¿Quién fue el que le puso inferiores, si no son inferiores a nadie, al contrario). Al menos la Liga se avivó y bautizó los torneos de Novena a Quinta como “Infanto Juvenil”. Las Malvinas ganó en Novena y Rojo (el hoy ídolo de Boca) jugó ese campeonato.
Los colores de Las Malvinas, la sencillez de sus instalaciones, pudieron seguir afiliados a pesar de las dificultades. Jugaron en la “B” con la esperanza de subir algún día pero sin muchas expectativas.
Hasta que llegó el 2018. El año en que Marcos Rojo (niño crecido en esta institución) ya había jugado su segunda Copa del Mundo en Rusia, para la Selección Argentina y otro de sus goles sorprendía al propio Lionel Messi. Las Malvinas ascendió el 9 de diciembre de ese año, en una fecha que el fútbol argentino reconocerá histórica, porque horas más tarde, River y Boca definieron, en España, la final de la Copa Libertadores de América. “La Liga Amateur programó el partido definitorio por un ascenso en horas tempranas, a la mañana, en cancha de Alianza», recuerda Eduardo «Tucu» Morales, historiador y empleado de la Liga. Las Malvinas (dueño del Clausura) se midió con un candidato CF Ringuelet (ganó el Apertura). Los dirigía Barbarino, quien tuvo en cancha a un símbolo, a un corazón del club, actual presidente, Franco Rojo —hermano de Marcos—. “Si ascendemos no juego más, pero al otro año no me podía ir sin jugar un partido en la máxima categoría de la Liga”, explica “El Becho”. La formación del equipo que apareció en Pase a la Liga también es historia.
La expansión se fue dando en varios planos. Hoy la infraestructura de Las Malvinas es otra, el nivel de su campo de juego es de un verde que da gusto transitar con la pelota en los pies.
Como si la vida ya estuviera cansada de contarnos que después de un gran mal, viene un bien, el club revivió cuando estuvo por quedar cerrado a raíz de una intervención de Jurídicas.
Y ese defensor que ponía el alma adentro, puso el pecho afuera. “Fue de un día para el otro (habla Franco), me encontré con una situación mala que perjudicaba la continuidad del club y no me quedó otra que hacerme cargo, gracias a mi mujer que me apoyó, y de la Comisión Directiva y de mi hermano Marcos que no me dejaron solo”, cuenta.
Hoy ya buscan otro lugar físico para entrenar, porque a las infantiles y las juveniles se sumaron hace tiempo el Senior y el Femenino.
Este año estrenan un cuerpo técnico con la presencia del veterano entrenador Eduardo “Lalo” Borgarelli al frente de un grupo que ya se ilusiona. “Tengo varias comodidades para los jugadores, gracias a la Comisión Directiva, que remodeló vestuarios y están por poner una pileta para la relajación muscular”, cuenta el ex conductor de Cambaceres y América de Pirán, entre otras camisetas locales. La ayuda directa de su hijo Mauro Borgarelli y los hermanos Santilli (el profe Federico y el técnico de la Tercera Gustavo Santilli), junto al amigo Osvaldo Freire (se conoce con Lalo desde hace sesenta años) es el inflador anímico para pensar en cosas importantes.
El pasado sábado lograron un triunfo convincente ante Unidos de Olmos, como para creer que están llegando bien para el mes de mayo donde comienza el Clasificatorio para el Federal B de AFA y la consabida doble exigencia.
No todo es fútbol, y un zorro viejo como Borgarelli lo sabe. Lo social es lo que realmente importa en estos niveles futbolísticos. “Hablamos mucho de las necesidades con todos los chicos, de sus ocupaciones, la familia, las salidas, pareja, nutrición, descanso, vivimos en un tiempo de muchas adicciones. ¡Tengo mi casa abierta las 24 horas para lo que necesiten los jugadores!”.
Borgarelli prácticamente aprendió a caminar en este barrio. “Desde los seis años vivo en 31 y 526, y con el tiempo tuve agencia de remís en 32 y 133”. Todo muy cerca del contexto en el que respira Las Malvinas. Están, como dice bien su cabeza deportiva, para contener, para abrazar, para soñar y por qué no avanzar otro poco, como un día lo hicieron El Payaso, Luly o Marquitos. Pero no llegará a ser importante solo el que triunfa como profesional, sino el que en la vida tiene la voluntad de persistir tras una caída. Trabajo, sacrificio y humildad, pilares de la formación, combustible espiritual de una institución de bien público.
Mientras usted esté leyendo esta nota, y los chicos de las mal llamadas “inferiores” (¡quién dice que son inferiores, no mal entendamos que por ser menores de edad no sean grandes de verdad) están jugando sus partidos de infantiles y juveniles.
Mañana, domingo 30 de abril, toca a la Primera, Tercera, Cuarta y Senior, jugar la fecha 6 del Torneo Apertura “Profesor Luis Martín – Campeón del Mundo”. El programa en la A ofrecerá estos encuentros: Las Malvinas – La Plata FC, Everton – Porteño; ADIP – Ringuelet; Peñarol – Asoc. Iris; Gonnet – CRIBA; Brandsen – Alianza; Fomento – Unidos de Olmos; Curuzú – San Lorenzo y Estrella – Alumni (único partido que se juegue hoy).
En Primera B, la fecha 4: CC Tolosano – Villa Montoro; Romerense – CRISFA; 5 de Mayo – Expreso Rojo; Villa Lenci – Argentino Juvenil; For Ever – Talleres; Comunidad Rural – Tricolores. Libre: San Martín.
En el Torneo “Ascenso”, la fecha 3: Abastense – Everton; San Carlos 156 – 9 de Julio; Villa San Carlos – Defensores de City Bell; CRISFA – Nueva Villa Argüello; Los Dragones – Catella; San Juan Bautista – Ateneo Popular; Unidos del Dique – Club 152 Oeste y Universitario – Gonnet (juegan hoy).
Se hace camino al andar. Desde aquellos vecinos que en la primavera del 85 dijeron ‘algo hay que hacer con tantas ganas de jugar a la pelota». Fue LIFIPA, después la Liga Amateur, y ahora se anotará el nombre Las Malvinas en una experiencia en el Federal B, del Consejo Federal de la AFA.
Las Malvinas y sus pibes, una historia sin final.
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