“Si uno no sabe historia, no sabe nada… Es como ser una hoja y no saber que forma parte de un árbol”.
El hombre, que parece saberlo todo sobre el Club Gimnasia y Esgrima La Plata, yira y yira, como el tango. Se levantó de uno de los bancos de los Jardines impulsado por los recuerdos, caminó hacia la Glorieta, al lado de la pileta donde las glicinas cada verano dan sombra a los bañistas. Después, con el cuerpo menos ágil que en su juventu, subió las escaleras de la Platea Techada y desde la terraza contempla algún longevo árbol que secunda al Observatorio Astronómico.
¿Desde cuándo estará esta arboleda en el Bosque?, inquirió un joven.
-Los árboles son pre fundacionales a la ciudad de La Plata. En 1857 acá donde está el predio de Gimnasia había una Estancia y vivían un par de familias, los Pereyra y los Iraola. Unos mil arbolillos plantaron ellos, con sus empleados, y son los lo que hoy conforman el pulmón del Paseo del Bosque.
-Una Estancia parecida a la Abasto, a Estancia Chica…
-Parecida, en parte sí. La Estancia Iraola estaba por allá… ¿Ves el trampolín de la pileta? A esa altura, era un edificio de dos plantas con forma de ele, balcones, un lujo para la época. En nombre del progreso, ese casco se demolió sin consultar y el gobierno indemnizó a esas familias.
Los terrenos en los que Gimnasia construyó su estadio son los mismos en los que se encontraba el casco de la estancia de Martín Iraola, que fue expropiada por el Gobierno para construir La Plata y cuya forestación original dio origen al Paseo del Bosque.
La historia “mens sana” en este Predio empezó en el siglo XX. En 1923 cuando Gimnasia arranca a trabajar para tener la posibilidad de estrenar su campo de juego propio y dejar aquel del Club Provincial, que alquilaba en 12 y 71.
Poco a poco, logró conseguir el objetivo de disputar el primer partido de local ante Estudiantil Porteño, el 27 de abril de 1924. La jornada anterior al match de fútbol se realizó el almuerzo de presentación del «field», con autoridades del club, funcionarios públicos, deportistas y asociados.
-¿La Platea Techada está desde la inauguración?
-En realidad nació en 1931, el primer año del fútbol profesional, y coincidente con el año en que Gimnasia hizo la Gran Gira por Europa.
Dice un refrán que “la historia jamás parece historia cuando la estamos viviendo”.
Abril de 2024, es el primer sábado del mes, la mañana viene de mate y pronto de recuerdos entrañables. Un centenar de personas se saludan en el “Juan Carmelo Zerillo”. La Plata, la ciudad nacida en 1892; tan solo cinco años más tardes nació Gimnasia. La Plata, llamada así por sugerencia de José Hernández, autor del Martín Fierro. Gimnasia y Esgrima es la denominación que adopta de una institución preexistente, el homónimo en la Ciudad de Buenos Aires. Se trató de un Homenaje para recordar a aquellos socios que lucharon incansablemente por este escenario que ya llega a su centenario de existencia.
Decidieron llegar adonde hoy está la Platea Basile, lugar que en marzo de 2012 estaba listo para empezar con las bases, antes de que tantos obreros y profesionales de la construcción sudaran por esta obra. En ese momento, antes del primer ladrillo, se colocó una “Piedra Fundacional” en memoria de Néstor Alberto Basile, un socio, periodista reconocido y mentor de tantas luchas por su amada cancha. Hacía un año del fallecimiento del “Ronco”. Ya empezaba a construirse la Platea y la piedra fundacional fue removida. Pasaron más de diez años, la platea es realidad y ahora la placa volvió a estar restituida, gracias a un grupo de socios que hablaron con el actual comando del Club. Quedó amurada a una pared que delimita una boca de acceso en la mitad del lateral de avenida 60.
Este 6 de abril también se colocó la nueva cartelería que indica el ingreso a la Tribuna. Allí se pudo ver a Pedro Pianta muy emocionado. Se lo reconoció como el hacedor del Conversatorio Basile.
Mariano Cowen y Salvador Robustelli, presidente y vice de la institución, se estremecieron junto a los presentes. “Se van contar anécdotas, pero lo más importante es la proyección de futuro que tienen las ideas tanto de Néstor como Walter y Carlos. Creo que a eso tiene que apuntar Gimnasia como institución: terminar esta tribuna y seguir por el resto del Estadio”, expresó Cowen.
En la alocución aparecen otros triperos de corazón, Walter Lemejis, de Villa Argüello, y Carlos Valledor, de Meridiano V, que muchas veces eran parte del plan de mejorar y embellecer el Estadio y otros sectores aledaños, entre agrupaciones y filiales. Y que se identificaron con los ideales tanto de Basile como del ingeniero y ex vicepresidente Dardo Cotignola para pintar, podar, remover la tierra, cuando el presupuesto no llegaba a esos espacios comunes del Predio. Dardo se despidió en silencio, el 8 de marzo de 2020, a los 89 años, unos días antes de la pandemia. Fue hombre del saber de la construcción de las primeras tribunas y alma de la Comisión de Permanente de Homenaje al Doctor René Favaloro.
Los presentes pasaron a la terraza de la Techada, un espacio emblemático que está en plena remodelación. Se redescubrieron las placas de Lemejis y Valledor, que fueron reubicadas (por sugerencia de las familias) en el ingreso a las nuevas instalaciones del Museo. Cabe destacar que originalmente se encontraban en los jardines del Estadio, pero con la creación del Paseo Presidente Héctor A. Delmar se cambiaron de sitio y quedaron poco visibles. Hablaron los hijos de Walter y Carlitos.
Luego pasaron al salón «El Decano» donde el moderador Facundo Ache, periodista e historiador, fue cediendo el micrófono a gimnasistas que vivieron sueños y realidades en éste lugar… “Lito” Gargano, el doctor Oscar Butin, Hugo Canepa, Guillermo Bolatti, Sergio Graciosi, Marcos Compagnucci, Diego Patiño (hijo del recordado doctor Patiño Chaumeil). Estuvo la señora Rosa Schoenfeld de Bru, la mamá del desaparecido Miguel Bru, el joven estudiante de periodismo que fue víctima de violencia institucional y por la cual la justicia condenó a prisión perpetua a dos policías de La Plata.
Otro homenaje se vivió el día anterior, 5 de abril, en el Club Social Cultural y Deportivo For Ever, donde se sirvió una cena organizada por la agrupación «Arriba Gimnasia» por el 100 aniversario de la inauguración del estadio del Bosque. Otros cien fervientes albiazules aplaudieron con emoción cuando se dio la palabra y el reconocimiento a los arquitectos Luis Díaz y Teresa Chiurazzi y a los ingenieros Rodolfo Rocca y Alejandro Loudet, quienes han protagonizado grandes cambios en lo edilicio, acaso los más significativos en toda la historia.
“Triperos del Alma”, decía el pergamino que los sorprendió en pleno barrio “El Mondongo”, que simbolizado siempre una especie de patio arrabalero del predio de 60 y 118. Hubo una mención emotiva a Dardo Cotignola, con video. Hubo personalidades destacadas, como el ídolo del Lobo del 62, Daniel Bayo, y el ex titular Norberto «Coco» Sánchez.
Daniel Onofri, ex presidente gimnasista que encabeza esta agrupación, a viva voz alentó a los presentes con «el firme pedido de avanzar en las obras del estadio, continuar el legado de los logros colectivos y cumplir con la decisión asamblearia de destinar 10% de venta de jugadores al estadio del bosque”.
Sobre esta velada hablaremos en una próxima nota, que rescatan historias de un lugar muy significativo del fútbol nacional.
