Mientras se intensifican los preparativos para la marcha masiva por San Cayetano, programada para el 7 de agosto, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) ha tomado la delantera al convocar a una manifestación en La Plata. Desde esta mañana, centenares de manifestantes están cortando el transitado cruce de 7 y 50, en el marco de una jornada nacional de asambleas que busca visibilizar la crítica situación económica y social que atraviesa el país.
La UTEP, en sus redes sociales, ha lanzado un mensaje claro: «Nos preparamos para San Cayetano. Pan, paz, tierra, techo y trabajo. 2 de agosto 11 hs. Calle 7 y 50″. Esta convocatoria se enmarca dentro de un contexto alarmante, donde siete de cada diez niñas y niños en Argentina viven en condiciones de pobreza. En este sentido, la movilización del próximo miércoles se presenta como una respuesta colectiva de diversos sectores de la sociedad, incluyendo organizaciones sindicales, sociales, religiosas y de derechos humanos.
El 7 de agosto promete ser un día de gran significado, ya que, según anunciaron los organizadores, «diferentes organizaciones se movilizarán para visibilizar la grave situación de emergencia alimentaria, social y laboral». La marcha de San Cayetano, con su tradicional recorrido desde Liniers hasta Plaza de Mayo, será nuevamente un grito de protesta en un país donde el hambre se ha convertido en una realidad para muchos, especialmente en los barrios populares, los cuales sufren la falta de alimentos en los comedores comunitarios.
Los convocadores de esta jornada han expresado su preocupación ante una serie de problemáticas que afectan a la población, tales como «la persecución a las organizaciones populares, el ataque a los trabajadores, el negacionismo de derechos humanos, la grave situación de jubilados, el cierre de PYMEs y la ola de despidos, así como el desfinanciamiento del sistema educativo público». Además, resaltan la entrega de recursos y soberanía a través de normativas discutibles.
Con esta movilización, la UTEP y otros actores sociales buscan no solo expresar su descontento, sino también influir en la agenda pública y presionar a las autoridades para que tomen conciencia sobre la grave crisis que enfrenta el país. El camino hacia el 7 de agosto está marcado por la esperanza de una respuesta efectiva a las demandas sociales y por un futuro donde el acceso a lo básico sea un derecho garantizado para todas y todos.
