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domingo, julio 7, 2024

Pincharratas y de La Plata que ayudaron a levantar la Copa Argentina

Para leer

Usted fue conociendo de a una a las figuritas de la primera división, a los de experiencia y héroes del «Mineirao» y a los pibes, los que corren por el primer sueño. También fue viendo la cara del técnico, que cruza la mirada con la seriedad de quien va a proponer un amor. Por motivos particulares del oficio de periodista, se suele quedar atrapado en la imagen del jugador destacado, que están al alcance de un «click» de saber todo sobre los campeones de la Copa Argentina, pero conocemos a otros, que conviven con ellos, que planifican y dan su dedo de colaboración para mover la montaña. Es hora de presentarlos. Once caras (también hay más). De indumentaria Ruge y alma pincharrata, gente del Club, nacida en La Plata, con familia acá, entre los miles de hinchas. Son parte del Cuerpo Técnico, de temas específicos del fútbol; del área médica, de prensa, de la ropa, los botines, el masaje y la dieta. Anónimos, sí, amigos del bajo perfil, del “todos por sobre el uno”, tal como es el dialecto en el Country, la Sede y el Estadio, sus lugares de trabajo.
En apariciencia pequeños frente a la foto exuberante del triunfo de un gigante del fútbol continental: Estudiantes de La Plata.
Venga, vamos a empezar. Pase a esta crónica de la felicidad, de quienes son campeones con la camiseta que apreciaron desde pequeños.

Vamos a la Secretaría de Fútbol Profesional, clave, decisiva, si se busca estar en el alto nivel. Una secretaría de tantas que reparten roles, como están por otro lado la de Personal, de Finanzas, de Obras ó de Deportes Amateurs.
Al frente del área rentada futbolística está Diego Ronderos, encargado de negociar y de contratar futbolistas.
Nació el 28 de agosto de 1981, a los dos años lo hicieron socio infantil de Estudiantes, y la crianza, en la zona norte platense, la pasó con los pibes de la primaria del Colegio San Luis y el secundario en el Nacional.
Deportista, del rugby de San Luis, jugando en el equipo superior de medio scrum. Dejó la “ovalada” a los 23 años cuando fue licenciado en ciencias políticas.
Tres ídolos máximos, en éste orden: Verón, Braña, Sabella.
Entró a trabajar por el Club en el departamento del Fútbol Amateur durante la presidencia de Lombardi. En esta Secretaria, pero en lo estrictamente deportivo, está el ex jugador  Marcos Angeleri, nacido en 30 de Agosto.
La noche del pasado 13 de diciembre marcó a fuego a Diego por ser el primer título vivido desde adentro.

Sigamos en la misma Secretaría del Fútbol Profesional donde está el administrativo Gastón Leonardo Mansilla, quien coordina distintos asuntos del plantel, como los viajes y la reserva de hotelería. Se crió en la zona del Parque Castelli, 25 y 66, y su amor a la pelota lo llevó al otro Parque cercano, de 25 y 54, donde defendió los colores de Everton. La Liga Amateur Platense registra una vuelta olímpica en Reserva, siendo un 4 de buen dominio. En esa campaña triunfal coincidió en un puñado de partidos con De Luca (actual Gerente General de Estudiantes).
Hijo del recordado Ramón Mansilla, un utilero muy respetado por distintas generaciones de jugadores que pasaron por Estudiantes entre los sesenta y ochenta. A él lo ayudó «Leo» siendo joven, hasta que en 1998 lo designaron para integrar ésta función de secretario, con los primeros trabajos como ayudante de Koroch (crack de los años 50, que tras dejar el fútbol pasó a ser nexo entre dirigentes y plantel profesional). Para Mansilla, Estudiantes es uno de los grandes amores de la vida, y entre las mil anécdotas, aún atesora los días en que volvió Bilardo como técnico y lo encontró trabajando mano a mano.

Pasemos por la Sede, para saludar en ésta hora feliz al Gerente General, Marcelo Antonio De Luca. Nació el 6 de abril de 1976, pasó su niñez en el barrio Hipódromo y en cuanta cancha lo llevaran para atajar en cancha de siete: lo hizo en Alianza.
Se lo pidieron de Estudiantes y allá lo llevó su padre Antonio, quien tuvo un puesto de diarios y revistas en calle 1 y 43, frente a la estación de trenes.
En la clase 76 se encontró con otro arquero de buen nivel, Cortizo (actual Entrenador de Arqueros del club), y fueron el «1» y el «12» —alternando— desde Prenovena a Sexta, donde tuvieron como maestros a Leandro Casanueva (ídolo de los años 50, que en la foto inferior luce boina) y Omar Bermudez (hoy director del Fútbol Infantil pincharrata).
El “Tano” De Luca dejó sorpresivamente con edad de Quinta, con otros intereses como el estudio.

Y tomó el fútbol como un relax en la Liga Amateur Platense, donde atajó en 1997 para Everton y fue convocado a la Selección. En el club de barrio se reencontró con varios amigos de la crianza albirroja: Veiga, Miceli, Salguero y Pregal (actual voz del Estadio y mentor del programa de cultura pincha «Acá hay una Escuela»).
Los caminos de la vida nunca lo separaron de la cancha; integró la Peña “Ramón Aguirre Suárez”. Hasta que con el título de abogado se involucró en la CD y reformó el Estatuto en épocas del presidente Filipas. En octubre de 2014 Verón lo lleva en su lista 11, ganan las elecciones y tiempo después formó parte de la creación de la Superliga, contando con el honor de presidirla 9 meses. Hoy es uno de los abogados de la Liga Profesional.
Padre de Santino, de 19, y de Giuliano, de 15.
Cuando Estudiantes logró la Copa Argentina tuvo el sabor de la primera vez, y en pocos miutos se le cruzó una vida. En un posteo de Facebook compartió la emoción con Cortizo, aquel compañero de equipo con el que competió por el buzo y hoy trabaja en el Club, cada uno en lo suyo. “Infantiles y juveniles juntos, compartiendo el mismo puesto pero fundamentalmente compartiendo una amistad”, escribió Marcelo.

Un Director Técnico suele transitar la experiencia de dirigir con su propio grupo. Eduardo Domínguez llegó con sus ayudantes de campo Leandro Díaz y Carlos Verna; más los preparadores físicos Adrián Vaccarini y Martin Frattini, y la nutricionista Marina Pistoni Nieves. La foto que sigue muestra a todos ellos, y a otros entrenadores que en el mundo del club se destacan como el Cuerpo Técnico institucional. Son de la región y da un orgullo presentarlos con sus historias de superación: Christian Serrano, Leandro Cortizo y Martín Bocchino.

Christian Andrés Serrano es el analista táctico a través de una herramienta que adquiere cada vez mayor gravitación en el fútbol: video análisis. Maneja un software que hace una década trajo de Europa la «Bruja» Verón.
Nació en Berisso el 30 de noviembre de 1974, en una casa de la calle 161 entre 14 y 15. Infantiles de Saladero y juvenil en For Ever, hasta que debutó en la primera de Estrella y vinieron años de alegrías, siendo «3» en la Primera y al mismo tiempo técnico de los chicos. Cuando se retiró (los últimos equipos fueron El Indio de Brandsen y Argentino de 25 de Mayo), el buzo de DT en Cuarta lo llevó a conocer en 2010 al de la Reserva y empezar una historia extremadamente exitosa junto al “Flaco” Bonvicini (hoy ayudante de Simeone). En 2012 son dupla de la Asociación Brandsen que sale campeón con Verón en cancha; y luego fue “La Bruja” que piensa en tenerlos trabajando para Estudiantes. Desde enero de 2013 el «Cabezón» está en el día a día, y su rol bien cabe aclararlo, no es analizar un video, sino el juego. Desde la conducción de Mauricio Pellegrino hasta el presente se ganó la confianza de todos, siendo elegido como ayudante de campo un tiempo en los ciclos de Milito y Zielinski.
Jamás podrá olvidar un sentimiento genuino de Verón al aceptar jugar un partido para Estrella, en 2016, cuando Serrano era conductor del querido equipo de su ciudad.
Padre de Delfina, de 19, y Miranda, de 18.

Leandro Horacio Cortizo coordina el área Arqueros, un espacio que el Club inauguró por recomendación de éste ex guardavallas.
Nació el 7 de marzo de 1976, en La Plata, y la pasión por la pelota empezó desde chiquito, en Brandsen, For Ever y Estudiantes, club en el que fichó gracias al recordado Epeloa (ex jugador albirrojo y técnico de las formativas). «Condorito» Cortizo no solo fue destacado en los tres palos, sino fuera de la cancha, por su personalidad amena. De los 11 a los 21 años compitió por la titularidad y brilló en Quinta, cuando la 76 terminó cerca del campeón Newell’s. El Pincha tenía a tres pilares que firmaron contrato y jugaron en Primera, Furiga, Turchi, y Testa (hoy DT de Reserva albirroja).
Las vueltas de la vida: el que hoy disfruta una Copa Argentina, pasó por el polo opuesto cuando vio el descenso desde adentro y quedó libre en diciembre de 1995: habían traido a a un cordobés de Seleccion, Bossio.

Pero “Leo” sintió la tentación de llegar y siempre soñó con Italia. «Ojo con lo que sueñas», es un dicho. Jugó unos meses en Romerense, de la Liga Amateur, hasta que salió el pase a Berazategui, con el que casi logra ascender en 1999 al Nacional B. Voló al Ancona italiano y en aquel país atajó hasta los 33 años, volviendo con un plan elaborado: traer a la Argentina una escuela de arqueros. Tras recibirse de DT en la Escuela Nro. 87 «Zubeldía», fundó el CEFAR (Centro de Entrenamiento Formativo para Arqueros) que sigue creciendo en el Club Talleres del Ferrocarril Provincial.
En 2013, con Malbernat como Secretario Técnico, inició el Area Arqueros en Estudiantes, y retornando así al primer amor.
Papá de Renata (nacida en Italia), de 19, y Lorenzo, de 13.


Martín Sebastián Bocchino
es el preparador físico que se encarga del Área de Fuerza y Readaptación post kinésica, es decir, de los ejercicios por los que el futbolista debe pasar después de ver al kinesiólogo. En ésta particular faceta se sumó hace tres meses otro joven platense, Ezequiel San Martín.
Además, el «Bocha» hace el monitoreo de carga a través de GPS en los cuales se mensuran las aceleraciones y desaceleraciones en las distancias recorridas tanto en un entrenamiento como en partidos.
Nació el 11 de octubre de 1980, en La Plata, criado en Etcheverry. Jugó en Comunidad Rural de Los Hornos. También pasó por las infantiles de San Cayetano y EFI. En juveniles jugó poco, ya que tuvo una lesión (osteocontral en la rodilla) que terminó siendo la puerta de entrada a su oficio. Entre los 16 y 18 años inició una larga readaptación en un centro de entrenamiento donde conoció al profesor Ruben Ayala, quien le trasmitió la pasión por la educación física.
El «Bocha» pudo volvier a jugar en Comunidad Rural, un año más. Al cursar la carrera en la UNLP, pudo realizar las prácticas de licenciatura en el fútbol infantil del Club Estudiantes, y luego fue contratado para empezar a trabajar. En 2015, ya con postgrados y con la anuencia del profesor De Rose, se inició en el Área de Evaluación y Performance en Fútbol Amateur, y en 2016 pasó al CT del plantel superior con el técnico Nelson Vivas.
Padre de Sofía, de 11, y Camila, de 7, fanáticas del Pincha, una herencia del corazón que empezó con un abuelo materno.

Pasemos a la salud del campeón.
El doctor Hugo Montenegro lleva la Coordinación Médica del Fútbol profesional y de la institución. Hincha a rabiar del León desde su juventud, vio brillar al equipo de Bilardo de 1975, un campeón sin corona del torneo Nacional.
Fue jugador de La Plata Rugby Club jugando en Primera y también fue entrenador. En 2002 llegó a integrar el área médica de la Unión Argentina de Rugby, integrando delegaciones de Los Pumas y Los Pumitas.
Su personalidad sobria, ponerse a un costado sin pretender ser figura, lo trasladó al fútbol cuando Llegó a Estudiantes, a fines de 2008 y en seis meses conquistaron la Libertadores.
También el éxito golpeó su puerta siendo el entrenador “Canario”, alcanzando el Torneo Nacional tras vencer a Tucumán Rugby, el 24 de octubre de 2017. Un par de años antes, en el Mundial 2005, fue el médico de Los Pumitas, en Mendoza, compartiendo con cuatro platenses, entre ellos Agustín Creevy, quien unos años más tarde se convertiría en capitán de Los Pumas y el hombre con más partidos mundialistas en la historia de nuestro rugby.

El doctor Gustavo Ruben Ermili se especializa en rodillas y en caderas, y es parte del tridente médico del nuevo campeón.
Nació el 26 de febrero de 1963 en Berisso, ciudad donde vive hace sesenta años. La pelota fue su cable a tierra en los campitos de Villa Paula, pasando por Villa San Carlos en una Quinta que fue subcampeona invicta en la “D”, donde Gustavo era 8, compartiendo el medio con Michailenko y “Pinino” Amaya (dos fenómenos según la consideración general en aquellos pagos). En la “D” también jugó en Reserva y enfrentó a Defensa y Justicia, cuando éstos lograron el primer ascenso (el club que enfrentaron en la noche gloriosa del 13/12/2023). Aquel año 1982 Ermili tuvo que abandonar cuando lo llamaron para el servicio militar, en City Bell, en plena guerra de Malvinas, y a poco estuvo de ser “recambio” pero no alcanzó a ir las islas.
A los 23 años retomó el fútbol y jugó durante una década en la Liga: tres años con los amarillos de Alumni Ensenadense y otros siete con los naranjas de Trabajadores de la Carne, donde fue capitán y en 1990 logró el ascenso, como subcampeón de Primera B. Además, se puso la camiseta de Unión y Fuerza de Magdalena (club del que es hincha la familia de Guido Carrillo).
Estudió cuatro años en Informática para calculista científico, pero el último año decidió cambiar y arrancó en Medicina, siendo diplomado en 1998. Le gustó la orientación deportiva y a través del Dr. Flavio Tunessi ingresó a Gimnasai en 2003 —juveniles mayores— hasta 2008, cuando llegó al Club que amó desde pibe: Estudiantes.
Padre de Fabricio, de 26, Maite, de 23, y Valentín, de 19.

El doctor Agustín Marrero es el hombre del Diagnóstico por imágenes, dedicado a las lesiones deportivas y traumatológicas.
Nació el 30 de agosto de 1983, en La Plata. Todo un hincha de los que dormían con la camiseta puesta y las canciones que aprendió de un abuelo materno que fue socio vitalicio.
Criado en City Bell, muy cerca del Country, teniendo un paso fugaz por las infantiles del Pincha en LISFI, después jugó en cancha de once en Cambaceres, Gonnet y volvió a jugar en Estudiantes a los 15 años en Liga Metro.
Un plan familiar siempre fue ir a la cancha, afirmó el doctor, que se recibió en 2008. Ingresó en el fútbol amateur en 2014, donde tuvo a varios campeones del presente.
Padre de Hipólito, de 7, y Charo, de 3.

Marrero, Ermili y Montenegro

Federico Flores es el masajista y el “aguatero”, que organiza la hidratación, asistiendo al borde del campo y en vestuarios y prácticas.
Nació el 13 de marzo de 1972 en La Plata. Rugbier desde los 14 años y símbolo de una generación histórica del equipo superior del Club San Luis, siendo el capitán de los campeones del Torneo Nacional de Clubes, el 21 de noviembre de 1998, formando en el quince con su hermano.
Lleva en la memoria la fecha del 2 de marzo de 2009 cuando trabajó por primera vez en la era de Leonardo Astrada. “Me cambié del rugby al fútbol, aunque soy de Estudiantes de toda la vida”. La anécdota que tampoco podrá olvidar: su primer viaje con el plantel fue “una pavada”, la final de la Copa Libertadores, en Brasil. Todavía tenía otra actividad laboral, atendiendo el buffet del San Luis.

Volvamos al comienzo de esto que pretende reflejar a pincelazos, sin demasiado orden, a medida que los recuerdos nos van abriendo cajoncitos de la mente.
En esta casa deportiva hay una frase, “más nosotros, menos yo”, que internalizan todos. Desde los muchachos de Seguridad, que abren el alma y los portones por trabajar a diario siendo testigos de un plantel campeón.

En la utilería vemos a un par de colaboradores, muy jovenes, Julián Raimundo, quien fue jugador del fútbol infantil en la categoría 2004, donde le empezaron a llamar “Chule”. Federico Mazzina es el hijo del popular “Pocho” Mazzina, quien se sumó en 1998, invitado por el ex técnico Patricio Hernández, un ídolo de la casa.
La cocina es otro valor agregado, con Mariana Domínguez y Elizabet Fernández, y el ayudante José Jimenez. “Eli” también trabaja en el servicio gastronómico de la pensión del fútbol juvenil.

La Secretaría de Relaciones Públicas y Prensa, que comanda Javier Porta (otro platense, destacado periodista a nivel nacional), tiene a dos referentes del diario quehacer con los medios y el plantel.
El periodista Diego Raimundo es platense y pincha al nacer el 3 de diciembre de 1970, criado en 15 y 66. De los picones del parque Saavedra y el amor al fútbol que descubrió con su papá, quien fuera precursor del fútbol infantil en Toronto City, club de la primera liga infantil de la ciudad, LIFIPA. Diego hizo infantiles en Estudiantes y llegó hasta Octava, a la vez que practicaba básquet. Pero a los 15 años leyó su destino, ya que no podía seguir por un tema de salud y sus inquietudes pasaron por la comunicación. Estudió periodismo y en agosto de 1990 ingresó al diario El Día donde cubrió todos los deportes. Se especializó en básquet, llevando adelante transmisiones de radio y las primeras de televisión por cable. En 2010 fue coautor del libro “Leones del Silencio” con el colega Alberto Galiadi. Y por la búsqueda de la excelencia,Estudiantes lo sumó como jefe de Prensa. Vio grandes logros, una Libertadores en 2009, pero además formó una familia: en Estudiantes se enamoró de Virginia Irigoiti, con quien tiene tres hijos: Bruno, de 25, Clara, de 22, y Julián, de 19.

El señor Osvaldo Nisii es otro alma mater del área Prensa. Nació el 18 marzo de 1964. Se crió en 17 y 60, con sus padres y una hermana, que compartía la pileta en la época de los “Sábados Felices”, la Colonia de Vacaciones que funcionó en el viejo estadio y donde tuvo al profesor Ricardo Echeverría (el mismo de los Mundiales 86, 90 y 94).
En 1989 ingresó al Club convocado por el entonces secretario de prensa Daniel Ridner, y esa persona que se necesitaba para las relaciones públicas, tuvo en Osvaldo a la persona ideal. Anécdota: cuando no existía internet ni teléfonia celular, desde la Sede de 53 llamaba a cada club para saludar por los aniversarios.

Como han visto, están en un sector sin tanta exposición en el fútbol. No juegan, no trazan la táctica, pero representan otro laburo, el empuje, el aliento y la fe; conocen la letra chica y el detalle.
Por algo, los jugadores repiten “esto es una familia”, o «éste es un club distinto”. Por ese recto sendero que permite vivir con valores; empezar motivados el dia, un gol arriba ya en el buen día, por favor, muchas gracias. El respeto por el otro.
Muchos de los nombrados son pinchas-pinchas, en las buenas y en las no tan buenas. Todos nacidos en la región. Todos ayudaron a levantar la última Copa Argentina.

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