Con profunda emoción, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la identidad de la nieta 139, hija de Noemí Beatriz Macedo y Daniel Alfredo Inama, militantes desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. Estela de Carlotto, presidenta de la organización, dio detalles en una conferencia de prensa realizada este mediodía en la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos, exESMA.
La historia de la nieta 139
La mujer nació entre enero y febrero de 1978, mientras su madre estaba detenida en un centro clandestino de detención. Noemí Beatriz Macedo, nacida en Mar del Plata, y Daniel Alfredo Inama, oriundo de La Plata, eran militantes del Partido Comunista Marxista Leninista. Ambos fueron secuestrados en noviembre de 1977 y vistos en el centro clandestino conocido como «Club Atlético».
Al momento del secuestro, Noemí estaba embarazada de seis o siete meses. Sus familias sufrieron múltiples pérdidas durante el terrorismo de Estado, y tanto Noemí como Daniel permanecen desaparecidos.
Un trabajo colectivo para encontrar la verdad
La restitución de la identidad fue posible gracias a la colaboración entre Abuelas de Plaza de Mayo, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En noviembre de 2024, la mujer fue contactada y aceptó realizarse un análisis de ADN, cuyos resultados confirmaron su identidad.
Un reencuentro esperado con sus hermanos
La nieta 139 podrá reencontrarse con sus hermanos, Ramón y Paula, hijos previos de Daniel Inama. En 2014, Ramón expresó su deseo en una publicación de Abuelas:
«El día que te encontremos no queremos que dejes atrás la vida que construiste, queremos formar parte de ella».
Un mensaje de Memoria, Verdad y Justicia
Este caso destaca la importancia de las políticas de derechos humanos y el trabajo colectivo para reparar las heridas de un pasado doloroso. Abuelas de Plaza de Mayo reafirmó su compromiso con la búsqueda de los nietos desaparecidos y subrayó que su lucha es un ejemplo de amor, verdad y justicia.
«¡Bienvenida a la verdad, querida nieta!», concluyeron desde la organización.