Transparencia, luces y movimiento, en la deslumbrante muestra de Gyula Kosice

Visionario, modernista, pionero en el uso artístico de materiales como el plástico,Gyula Kosice conquistó con sus obras la escena artística argentina pero hacía falta relanzarlo al futuro, que es donde concibió su arte imaginativo, gozoso y bello. Transparencia, luces, movimiento, todo y más impacta en Gyula Kosice Intergaláctico, la exposición monográfica que el Malba dedica a su obra en el año del centenario de su nacimiento en Košice, ex Checoslovaquia, en 1924, con el nombre de Ferdinand Fallik.

Organizada en colaboración con The Museum of Fine Arts, de Houston, cuyo director Gary Tinterow estuvo presente en la recorrida de prensa junto a Eduardo Costantini, presidente del Malba; Teresa Bulgheroni, presidenta de la Fundación homónima; y las curadoras María Amalia García (curadora jefe del Museo) y Mari Carmen Ramírez (curadora de arte latinoamericano del museo norteamericano), la exhibición con 80 obras abrirá este jueves y se extenderá hasta el 4 de noviembre.

Posteriormente se presentará en el Pérez Art Museum Miami y luego sí viajará a Houston, al Museo de Arte Moderno que dirige Tinterow.

El público accederá a las obras de Kosice agrupadas en cuatro núcleos temáticos: “Espacio y transparencia”, “Luces en movimiento”; “Cuerpo de agua”, y “La ciudad hidroespacial”, esa obra futurista magnífica que, no obstante haberla visto en otros escenarios, siempre resulta un prodigio de imaginación.

Antes de comenzar la recorrida conversamos con Max Pérez Fallik, nieto del artista que trabaja en el área de Educación del Malba, contó a Clarín Cultura: “El Museo Kosice, ubicado en Almagro, presta para esta muestra entre 14 y 15 obras. Tenemos las maquetas originales de «La ciudad hidroespacial» y en total tendremos unas 200 obras. Lo original de esta exposición en el Malba es que llevó una gran investigación en la que intervinieron múltiples especialistas. Hubo expertos en conservación de ambos museos y también del Inti, para evaluar el trabajo con los materiales y los pigmentos. Kosice fue un precursor en el uso del plexiglás. No es solo una exposición historiográfica. La gente se va a encontrar con obras que están vivas”.

Y en verdad, como señala el nieto del maestro de la transparencia y el color, el público se encontrará con piezas preciosas, con trabajos que hoy son de vanguardia. Kosice cofundó los grupos de arte constructivo rioplatenses Arturo (1944) y Madí (1946) y fue vanguardia en el arte de posguerra. Pero el período Madí no está presente en esta exhibición monográfica.

En la segunda planta del Malba, Kosice Intergaláctico abre con la obra «Dos semiesferas hidrocíclicas», pieza de 1969, hecha en acrílico, con una fuente de luz, una bomba hidráulica y agua.

De inmediato se ingresa a la sala temática “Espacio y transparencia”, siguiendo la apuesta de la vanguardia constructiva, en especial el legado de Naum Gabo y László Moholy-Nagy. Kosice reinventa en sus trabajos la escultura tradicional maciza y la reinventa. El espacio se integra a la transparencia que crea y se convierte en la escultura misma.

Son obras en plexiglás como componente principal. Fue en los años 50 cuando el artista comenzó a experimentar con la luz y la transparencia en sus piezas de acrílico. Sin título o con títulos alusivos a su exploración, como “Dispersión de aire”, “Distensión de un centro cóncavo”, “Formas en distensión cinética”, las obras exhiben una asombrosa plasticidad espacial, más allá de su materialidad, y volúmenes sobrepuestos que evolucionan de formas geométricas a las esferas.

Guiados por Mari Carmen Ramírez y Marita García continuamos la recorrida hacia “Luces en movimiento”, el segundo núcleo de la expo. Durante los años 40 y 50 la exploración de Gyula Kosice giró hacia los tubos fluorescentes y desarrolló el uso del neón modelado con calor. Eso le permitió crear grafías en el espacio, como expresiones en otro idioma, utilizando filamentos lumínicos.

Más tarde, en la década del 60, los haces de luz en relieve se convirtieron en espectáculos luminosos a través de semiesferas de plástico. El montaje traslada al visitante a un lugar intergaláctico que Kosice inventaba con pequeños motores y el uso de filtros de plásticos, coloreando la luz.

El asombro se renueva –aunque hemos visto en otras exposiciones varios de sus trabajos más reconocidos– porque hay varios inéditos en esta muestra. Y porque hay piezas que siguen vivas y son absolutamente contemporáneas luego de seis u ocho décadas.

“Cuerpo de agua” es el tercer núcleo. Y allí observamos que se puede atrapar lo inasible: el agua. El plástico le permitió al artista trabajar el potencial del agua desde una perspectiva estética. Si una pequeña fuente de agua en el consultorio de un dentista apacigua la aprehensión, estas obras de acrílico y agua creadas por Kosice son una invitación a reflexionar sobre la vitalidad orgánica, la transformación, la dimensión del arte.

Las obras expuestas incorporan el agua en forma de gota, chorro y cascada. Hay un movimiento continuo que las luces potencian. “Cosmogonía hídrica”, “Hidroactividad H-12”, “Columna hidrolux”, “Caja hidrolumínica”, son algunas de las bellas piezas de la sala. Allí se lee, también en un trabajo en acrílico, “L’eau c’est moi”, “The water is me”, “Hidroevolución”, “Hidraulizar la política y chau”.

En la cuarta sala temática el visitante tendrá la impresión de haber huido a otra galaxia. “La ciudad hidroespacial” desafía las nociones de frontera y propiedad privada, y favorece el desplazamiento de individuos en un diáfano espacio ambiental a través del globo.

Es una ciudad transparente, que Kosice imagino suspendida a un kilómetro y medio de distancia de la Tierra, movilizada por hidrógeno y oxígeno extraídos del vapor de agua de las nubes.

Las “casas” no tienen obviamente la arquitectura tradicional de un hogar. Son hábitats modulares que, a partir de ese diseño de ciencia ficción transmite la sensación de una vida con otros valores, que cuestionan los del capitalismo e impulsan nuevas formas de vinculación. La humanidad que Kosice imaginaba era más comunitaria y emocional, con una mayor predisposición para el disfrute.

La mega instalación “hidroespacial” es parte de la colección del Museum of Fine Arts, de Houston, desde 2009. Es, en definitiva, la expresión de un sueño del maestro Kosice que hace más de 80 años imaginaba a la humanidad viviendo otro tipo de vida fuera del planeta.

Para la curadora Ramírez “La ciudad hidroespacial» es en principio un trabajo escultórico que evoluciona hacia un esbozo arquitectónico. Cada uno de los hábitats curvos y semiesféricos de plexiglás representa una tentativa de palpar la noción de “espacio” y la expande. Kosice tuvo plena conciencia de que “lo escultórico” era solo un paso hacia el pleno logro de su meta: valerse del arte para forjar un nuevo modo de organización social.

Para Marita García “la producción pionera de Kosice introdujo originales propuestas artísticas, como la escultura móvil e interactiva, representada por la emblemática pieza «Röyi» (1945), y exploró gran diversidad de materiales, muchos de ellos novedosos”.

Artista experimental, escultor, poeta y teórico, Kosice es uno de los creadores más conocidos de la Argentina. Dice su nieto que su frase favorita era: “Mis obras no necesitan intérpretes; deben hablar por mí”.

El público accederá a una explosión de belleza, luz, movimiento y sonido que ayudan a imaginar otros mundos posibles. Por lo menos en el arte de Kosice está claro.

Por último, el proyecto contempla el desarrollo de una investigación profunda sobre la utilización del plástico por parte del artista y será acompañado de un extenso catálogo de referencia editado en colaboración con el ICAA-MFAH (International Center for the Arts of the Americas), en doble edición español e inglés.

Gyula Kosice, Intergaláctico. Del 5 de julio al 4 de noviembre en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415.