Según las investigaciones preliminares, el olor nauseabundo podría ser una “desgasificación de materiales dentro de la nave espacial (rusa) Progress”. Imagen: 3/3
Una nave rusa que se acopló este fin de semana a la Estación Espacial Internacional (ISS) no sólo llevó toneladas de alimentos, combustible y provisiones varias para los miembros de la tripulación que están allí a bordo. Sino que además, dejó una duda inquietante que preocupó incluso hasta a la NASA.
La llegada, el sábado 23, de la nave rusa Progress MS-29 a la Estación Espacial Internacional transcurrió sin mayores novedades hasta que los cosmonautas Aleksei Ovchinin e Ivan Vagner procedieron a abrir la escotilla.
Allí la tripulación notó, sin dudarlo, un olor intenso muy desagradable y pequeñas gotitas en el aire. Según Russian Space Web, los cosmonautas lo describieron como un olor «tóxico»
La NASA confirmó la situación, añadiendo que el olor feo no indica que haya que preocuparse por la seguridad de la tripulación. “Los purificadores de aire de la estación espacial y los sensores de contaminantes monitorearon la atmósfera de la estación después de que se observara esto, y el domingo los controladores de vuelo determinaron que la calidad del aire dentro de la estación espacial estaba en niveles normales»., escribió la NASA en X.
Qué pudo haber ocurrido
Según las investigaciones preliminares, el olor nauseabundo podría ser una “desgasificación de materiales dentro de la nave espacial (rusa) Progress”.
Según indica la cadena CNN, la cápsula no tripulada Progress funciona con un combustible llamado dimetilhidrazina asimétrica y un oxidante llamado tetróxido de nitrógeno. Ambos son altamente tóxicos para los humanos. Sin embargo, no parecen ser la causa del problema.
La “desgasificación”, marca la CNN, es un fenómeno que puede producirse cuando los objetos fabricados por el hombre abandonan la burbuja protectora de la atmósfera terrestre y entran en el entorno del espacio, plagado de radiaciones, donde las temperaturas también pueden oscilar entre 121 y 158 grados bajo cero.
“La tripulación informó de que el olor se disipó rápidamente y las operaciones de transferencia de carga se llevaron a cabo según lo previsto”, señaló el comunicado que publicó la NASA, indicando que los cosmonautas pudieron acceder a los suministros almacenados a bordo del vehículo Progress, a pesar del olor reportado anteriormente.
En un comunicado publicado en las redes sociales este domingo, la NASA también señaló que “los depuradores de aire y los sensores de contaminantes” confirmaron que “la calidad del aire dentro de la estación espacial (estaba) en niveles normales”.