Ocurrió en septiembre de 1963, como una broma familiar, y se trató de una parodia de James Bond, de 16 minutos de duración. La revista Vanity Fair recogió testimonios presenciales y reconstruye el perturbador presagio
Ocurrió en septiembre de 1963, como una broma familiar, y se trató de una parodia de James Bond, de 16 minutos de duración. La revista Vanity Fair recogió testimonios presenciales y reconstruye el perturbador presagio