El gentío que colmaba el Estadio «Jorge Luis Hirschi» tiene sangre albirroja que circula por sus poros; son sus razones de estar allí, desde varias horas antes, aspectos familiares y sociales, no solo deportivos. En su ritual, forman parte del folclore. Dentro de ese cuadro, está otra clase de Pincha, la del ex jugador profesional que, tal vez por el paso del tiempo, pase desapercibido ya que no fueron vistos por las nuevas generaciones de hinchas. Pero están, por motus propio, por invitación, por pasión. En la edición 169 se vieron personalidades de distintas décadas. Afectuosos. Atentos. Fáciles para el trato amistoso por esos minutos que al hincha le cambia el día.
Miguel Ignomiriello se sintió “en un teatro”. Luis Islas describió “el placer que Estudiantes te haga sentir parte”. El “Bambi” Gabriel Flores, embajador de los campeones intercontinentales y de América. Volvieron a cruzarse los laterales bilardianos, Julián Camino y Abel Herrera y en la misma zona se vio a Ruben Agüero, el “Negro” con su tonito mendocino, de un tiempo en que el jugador no se teñía el pelo como lo hace ahora Enzo Pérez, megastrella también mendocina. Sebastián Dubarbier que jugó clásicos con los escuditos del mens sana y luego el albirrojo, pariente de Sabella. Todos en 1, donde está el patriarca de todos los cracks, Juan Ramón Verón. Recorrer, indagar, hablar y encontrar más figuras, como en las plateas de 55 donde Luis Martín recibe y devuelve afectos, como viejo hincha y hoy preparador físico con su glorioso presente en la Selección. En 115 otro “profe” con pertenencia a la camiseta y también con abono familiar, Guillermo Cinquetti, quien tuvo al trote muchos torneos a Martín Mazzuco quien llega con sus hijos. Estuvieron dos figuritade principios del 2000, Ernesto Farías y Juan Angel Krupoviesa. Y apareció en el final con su estampa de campeón del siglo veintiuno, Mauro Boselli. Pasó volando la película. A las cinco de la tarde el estadio y el campo ya vacíos. Al poco tiempo, los encontramos disponibles al teléfono, enriqueciendo el post juego, reviviendo su condición de conocidos del mundo albirrojo, con análisis que saben a vestuarios, concentraciones, presiones, desahogos. Alegría en el tono de todos ellos. Historia pura que, en este caso, fue presenciar el primer clásico ganado con la infraestructura moderna.
“Primer tiempo anodino, Estudiantes sin hilvanar juego, lateralizando muchísimo y Gimnasia con un poquito más de dominio. En el segundo tiempo intervino el técnico y realizó los cambios necesarios para darle otra dinámica”, opinó el ex arquero Flores. Y otro que vistió el buzo de los “1” es el actual entrenador Islas, quien asegura que “en ningún momento vi que corría peligro el clásico. En el primer tiempo tenía más dinámica pero le faltaba definir. En el segundo, con modificaciones, fue netamente superior, desde lo futbolístico, anímico y por la personalidad del equipo. Carrillo tuvo una tarde perfecta, por los dos goles, sí, pero en el primer tiempo, aguantó, se tiró atrás y descargó”.
Camino proyectó en su apunte para este periodista una suerte de conexión con el inolvidable Alejandro Sabella. “Un día en Lanús nos pasó algo parecido al domingo, iba mal el primer tiempo… hizo cambios y ganamos… Con él siempre analizamos y nos quedaba la pregunta… ¿Lo revertimos fue porque hicimos bien los cambios o armamos mal el equipo?”.
Dubarbier —además de ex jugador, uno de los últimos casos que vistió las dos camisetas y familiar de los Sabella— no ocultó que ese “susto del final del primer tiempo” y afirmó que “sabe hacer varios cambios Domínguez cuando el equipo no funciona. Con Giménez fue otra historia; dejó dos delanteros, porque arriba Carrillo estaba solo, ya que Cetré se metía demasiado para adentro; creo que puede animarse más al uno-uno, yendo para adelante. También mejora con Mancuso de lateral”.
En la opinión de Martín Mazzuco, hoy conductor de la Cuarta división pincha,
“entró mejor Gimnasia, llegó más con dos o tres situaciones contra una de Estudiantes. Fue buena la lectura de Eduardo para modificar el sistema y darle un vuelco. Todo partido cambia con un gol a los 40 segundos, desestabiliza al rival, que juega con esa obligación y vos podes aprovechar”.
Según la óptica de Agüero, 64 años y varios clubes como DT (hoy ligado al León en el armado del senior), “acertó en los cambios (uno por lesión, Fernández) y el gol al minuto fue fundamental, se desmoronó Gimnasia y fue otro partido, ya que Estudiantes volvió a creer en sus fuerzas. Al entrar Mancuso, desbordaba siempre por la derecha, que era el lado por donde tenía que atacarlo en el primer tiempo. Entró bien, Palacios se tiró por ahí y además apareció el goleador”.
¿Qué pensará otro discípulo de Bilardo como don Abel Herrera? Ya de vuelta en Mar del Tuyú, contento por el triunfo, opinó sin tapujos: “Primer tiempo mediocre, más peligroso Gimnasia, y con un par de cambios y otra actitud, después del segundo gol y un rendimiento parejo, fue una aplanadora”.
Tras su reciente alegrón en Estados Unidos, el preparador físico Luis Martín volvió a disfrutar y consideró que “el gol del Rusito inclinó la balanza en el trámite del juego. Tuvimos a Guido con su calidad y jerarquía para aprovechar las situaciones, después de un comienzo favorable a Gimnasia pero sin tantas posibilidades de gol”.
Ascacibar estuvo en el balance hecho por los entrevistados. “El Rusito sobresalió los 90 minutos”, aseveró “Titi” Herrera. “Ascacibar te recupera, pero te llega y lastima”, dijo Islas. “Fue clave”, apuntó Dubarbier. “El gol del Rusito fue determinante, más valioso que los cambios”, soltó Ignomiriello.
Es que en el entretiempo reconocieron que “costaba muchísimo”… “Está bien plantado, Gimnasia”… “netamente favorable a Gimnasia, y Estudiantes patea el primer tiro al arco a los 31 minutos”, buceó don Migue, acompañado por su amigo Osvaldo Papaleo. A sus 97 años, el ex DT de la Selección juvenil y la denominada «Fantasma», advirtió: “Gimnasia, sabiendo que no tienen gol, se desespera, se desarma, y rápidamente viene el gol de Carrillo, ahí se terminó».
Cinquetti (aún en funciones, pero a la espera de una oferta) observó: “Cuando tenía la pelota Gimnasia le daba valor, más dominio y generalmente las jugadas las terminaba. A Estudiantes le costaba atacar, progresar, cuando tenía la posesión cometía errores y la recuperación a Gimnasia se le hacía sencilla. Hubo pocas situaciones de gol. Dio la sensación que Gimnasia estuvo más cerca. Era sabido que iba a ver cambios en Estudiantes, pero bueno, era lo que uno presumía y se hizo. En mi mente estaba en romper el sistema de juego. Salteando líneas y jugando a la peinada de Gimenez y de Carrillo, lo definió en veinte minutos”.
Frente a la tranquilidad del teclado, surge nítido el aspecto de los cambios realizados por Domínguez. En la danza de opiniones, se le consultó a dos arqueros de enorme trayectoria cómo vieron al santiagueño Matías Mansilla.
Para «El Bambi” Flores “está mostrando solidez, la que tuvo siempre, aunque siempre estuvo siendo observado por el espacio que dejó Mariano Andujar. Tengo una empatía con él”. Por el lado de Islas, en su mirada como técnico, “Mansilla apareció cuando tenía que aparecer para aguantar el resultado en ese rato”.
Islas e Ignomiriello se fueron impresionados también con la algarabía, solo que al tercer gol don Miguel empezó a marchar hacia una mesa de la parrilla de 55.
“Un espectáculo de pueblo”, reflexionó. Y aquel “Pulpo” que hacía acrobacia en el arco (jugó el clásico 100) no salía del asombro por “las bombas que tiraron durante varios minutos y cómo alentaron todo el partido”. El “Titi” Herrera, a sus 69, llegó con un grupo de jovenes de la Filial que lleva su nombre. Se trata de un prócer, del jugador récord por ser el que más veces jugó en primera en el club durante el profesionalismo, y hoy realiza una tarea social de “scouting” que observa chicos en un radio de 60 kilómetros, de San Clemente a Pinamar.
El más fervoroso fue Mario Gabriel Flores, cuyo nombre y seudónimo lleva la Filial de Estudiantes en Mallorca, pero con la nobleza del ex jugador, que todo lo puede contemplar, “no me esperaba un resultado abultado. Así es el fútbol. A la ciudad vuelve la tradición de ser superiores en resultados”, remató.