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La Plata

¿Ya pasaron 57 años de Manchester…?

Fue un partido de fútbol digno del título que estaba en disputa. Manchester United 1 Estudiantes de La Plata 1. La revancha de la Copa Intercontinental, única llave, en los años en que dos continentes iban con sus mejores fuerzas por el lauro. La Copa que nació de un enojo del patriarca del Real Madrid Santiago Bernabeu cuando leyó una exageración de una portada: “¡Wolverhampton campeón del mundo!”, club inglés que había vencido en amistosos al Spartak de Moscú y al Honved de Hungría. Don Santiago no paró hasta ver a los “Merengues” en lo más alto y fue encontrando el momento para jugar por primera vez un desafío, en 1960, negado en principio por la FIFA y que midió al dueño de la Copa de Campeones de Europa, el Real, y el primer ganador de la Copa de América, Peñarol.
La historia continuó con dos argentinos, yendo por el mismo sueño: Independiente perdió ante Inter de Milan dos veces, en 1964 y en 1965, y en la séptima edición llegó Racing y logró el título, como el primer argentino que pudo alzarla ante Celtic de Escocia.
En 1968, el Club Estudiantes de La Plata, tan modesto como esforzado, tan visionario en lo social como lo sentía su presidente Mariano Mangano, le dio al país otro título que fue la apoteosis.

¿Ya cincuenta y siete años…? Allá, lloviznaba y hacía frío y un resultado final 1 a 1 después de 90 minutos calientes, jugado con dignidad por parte del equipo Pincha, que no arrugó ante el juego sucio de los «piratas». La radiografía de 5 corners a favor de Manchester y 3 de Estudiantes; veintitrés fauls (14 locales y 9 visitantes); tiros al arco, 26 de los rojos (10 atajados, 15 desviados, 1 gol) y 13 de los blancos (7 atajados, 5 desviados, 1 gol).

Madero y Malbernat despejan, Poletti observa.

Una vez, José María Muñoz, relator de radio Rivadavia, contó detalles de lo que vivió afuera en la zona de plateas, donde trabajó y sufrió al lado de su comentarista Julio Ricardo y del locutor Cacho Fontana. “Detrás nuestro existía una baranda y un pasillo. Nos habían apagado las luces. Cacho tuvo que memorizar los avisos toda la noche. De vez en cuando nos tiraban de los cabellos. Junto a nosotros estaban Joao Saldanha y Jorge Curi, narradores de Radio Globo, del Brasil. Cuando Brest lo agredió al Tato Medina, Curi me pidió el micrófono y gritó: “¡Cobarde, cobarde agresión! Y en ese momento sentí un golpe en la cabeza. ‘¿Quién me pegó?’ pregunté y salió al aire. Después me explicaron que fue un paraguazo. Y cuando nos íbamos, me dieron un puntapié en una pierna. Me quedó un moretón tremendo y me atendió el doctor Barbieri. También agredieron a Horacio Aiello, al Gordo Martínez, a Santiago Saccol (dirigente de Racing). Me acuerdo que Saccol vio el programa que los ingleses pasaron por televisión dos días antes y se indignó. Tanto que él estaba distanciado de la gente de Estudiantes por los partidos de la Libertadores y ahí mismo decidió ir al Gran Hotel Manchester, donde estaban los dirigentes de Estudiantes, se puso a disposición de ellos y a la noche festejó como uno más la conquista de los platenses”.

Juan Ramón Verón aplica el frentazo y abre el marcador; mientras Togneri se agacha

La vida nos fue presentando a personas que conformaron ese grupo…. El viaje rápido la vida llevó al autor de esta nota a conocer a los campeones del mundo en contexto de partidos (ya entrenadores la mayoría de ellos), y la cercanía se percibía a una temprana edad como la que un chico puede pensar a los super héroes… Juan Ramón Verón (autor del gol en Inglaterra) siempre tuvo una aureola realmente de personaje de ficción, de Bruja, de hombre que hablaba en sus silencios. Una filosofía de vida con una humildad absoluta, que pude comprobar en carne propia, con o sin grabador encendido.

Lo mismo me pasó con el dueño del buzo número 1, Alberto Poletti, “El Flaco”, “Patilla”, “Perita”, que al igual que el 11 no da muchas vueltas para decir las cosas. Por ejemplo, sabe que Osvaldo Juan Zubeldía en este país no tuvo la valoración que debía en vida. Al contrario, muchos cuestionaron al DT y se detuvieron en actitudes de algunos jugadores, siendo el más odiado Carlos Bilardo. Como en una grieta, eran incapaces de ver lo bueno y sublime de ese plantel de muchachos que mezclaba a platenses y porteños, con algún provinciano.

Se va el campeón de «La Caldera del diablo». Zubeldía, con un buzo en la cabeza

Pero volviendo a Poletti. En el living de su casa hay un mural de fotografías, y con tres recortes de diarios que seleccionó su familia en un bello recuerdo de su campaña como arquero. Con un fibrón se impone el título de todos los títulos. “Te amo”.
Y entre lo que se lee, hay un texto del 12 (arquero suplente la noche de Manchester), Mario Gabriel “Bambi” Flores. “A Poletti lo vi así”. Hace 57 años, decía. “¿El Flaco? Se pasó… El ganó el partido desde los tres palos. Y yo, que lo conozco bien, me di cuenta en la primera pelota que agarró que se iba a pasar… ¿Sabe como gritaban allí? Y para peor el arco está a dos metros de la tribuna… Pero, ¡es un fenómeno! Es más frío que una heladera. Y metió frío desde el arranque sin perder nunca la serenidad y transmitiéndole confianza a todo el equipo… Primero le sacó un tiro a Best contra el primer palo, y en seguida le mostró la pelota a todo el estadio como si la tuviera en una bandeja… Los ingleses no sabían si aplaudir o seguir insultando… Después voló en un zurdazo bárbaro de Bobby Charlton contra el palo derecho con una reacción bárbara para volver. Pero siempre con la misma personalidad para ganarle al clima, como si estuviera jugando en La Plata, como si fuera un partido cualquiera y no la final de la copa. Y creo que ganamos la copa en esa pelota que le tapó a Denis Law, a los pocos minutos…. Fue justo a enfrentarlo y a manotear la pelota. Y además le ganó físicamente, porque después del choque se fue de la cancha. Todos los muchachos se la jugaron, pero para mí el partido lo ganó el “Flaco”.

la vuelta olímpica: Pachame, Conigliaro, Verón (salta), Bilardo (en cuero)

Hoy el Bambi seguramente irá por las calles de La Plata con el semblante que lo caracteriza, amable con los amigos de sus amigos, como lo vemos en el Café Costa Azul, en calle 9. Irá hasta 1 cuando se realice una jornada en homenaje a ese equipo dirigidos por don Osvaldo.
Van cincuenta y siete años en el calendario, aunque para muchos fue ayer. La vida nos fue sacando a distintos actores de esa gesta deportiva. Pese a todo, la obra teatral continúa con aprendizajes y más partidos. Pero no habrá nunca una ciudad a la espera de un resultado como sucedió el 16 de octubre de 1968.

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