Lo que parecía un receso tranquilo se convirtió en una verdadera tormenta para Estudiantes de La Plata. La eliminación en Copa Argentina y las tensiones internas golpearon fuerte al equipo de Eduardo Domínguez. Juan Sebastián Verón, presidente del club, reapareció con un mensaje contundente.
La reaparición de Agustín Alayes en la estructura del fútbol profesional y el desembarco de Carina Magnabosco, empresaria cercana a Verón, generaron revuelo. Aunque la dirigencia sostiene la continuidad de Domínguez y Marcos Angeleri, el clima es tenso. Angeleri, que pierde peso en las decisiones, quedará relegado a un rol menor.
Verón no está conforme con el nivel futbolístico del equipo en lo que va del año. Tampoco con el balance de los últimos dos mercados de pases. Aunque avaló las incorporaciones, ahora busca tener un control más directo en la llegada de nuevos refuerzos.
Desde Italia, donde pasa unos días antes de viajar a Estados Unidos para el Mundial de Clubes, el presidente usó su cuenta de Instagram para responder a las críticas. En una publicación cargada de simbolismo, recordó su regreso al club en 2006: “Cumplí; no me arrepiento, valió y vale la pena aunque a muchos les jode que siga acá”.
El mensaje fue claro y desafiante. “Intento llevar al club a lugares que muchos no ven o no entienden”, escribió. Y cerró con una frase que no pasó desapercibida: “Le dije a mi viejo que volvía para hacer de Estudiantes no un club grande, sino gigante”.

Verón eligió, como es habitual, no hablar con los medios tradicionales. Prefiere difundir sus ideas y posturas en sus propias redes o en medios afines. Así, reafirma su apuesta por un proyecto a largo plazo que busca revolucionar al club.
En paralelo, la hinchada vive horas de incertidumbre. Se esperan definiciones clave sobre el futuro deportivo en los próximos días. El mercado de pases será una prueba de fuego para Verón, Domínguez y compañía.